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Podemos con todo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hace unos días mi comercial me remitió un texto realizado por alguien en algún lugar del territorio español, donde se reflejaba, con mucha ironía, no sólo de lo que somos capaces de realizar en una empresa de transporte, sino lo que nos suelen exigir muchas veces sin tener en cuenta que hacemos milagros, pero no imposibles.

Creo que en otra entrada ya indiqué el gran enfado de un cliente cuando estando ella en un gran atasco debido a la nieve, nos quiso mandar hacer lo que ella no podría hacerlo por estar parada y que nosotros tampoco podíamos hacer porque era imposible. En ese año que nevó un día y que yo misma estaba parada en la carretera mientras veía como los hombres salían fuera del coche para descargar su vejiga, insisto en ese año todavía nadie había oído hablar de los drones, que quizás a mi cliente le hubiera venido bien para realizar sus gestiones sin tener que gritarnos porque éramos incapaces de realizar sus órdenes.

En otra entrada también conté cómo otro cliente al preguntar dónde estaba su envío y nosotros decirle que nuestro compañero había muerto y que habíamos intentado recoger todos los envíos después del accidente pero que había que esperar unas horas para tener la seguridad de que estaba todo bien, y mientras todo esto se lo decíamos a lágrima viva, nos llegó a decir que “le importaba poco todo y que sólo le importaba su envío”.

Son momentos dónde la alegría de este trabajo se hace penosa y difícil.

Y aunque en muchas entradas he dado las gracias a todos mis clientes porque sin ellos no seriamos nada, hay veces que cuando estás haciendo tu trabajo exquisitamente es muy injusto encontrarte con personas… e insisto en personas, porque muchas veces no es el que manda o el que sufre los problemas. Voy a contar dos casos que me han pasado últimamente.

Primero el más reciente. Nunca, en estos años, he venido de una reunión con tan mal sabor de boca y tan malas sensaciones. Como a todos nuestros clientes Nacex, les damos el mejor servicio que se pueda conseguir en materia de transporte, y lo digo con convencimiento porque es la pura realidad. Siempre se ha lucha por la verdad y no engañar, por lo tanto, si decimos que hemos ido es porque lo hemos hecho y haciendo un inciso, me da mucha pena ver algunos comentarios en las redes sociales insinuando que no hemos realizado nuestro trabajo, pero no se puede conseguir hablar con todo el mundo, pero como dije en otra entrada, “quién es exigente con nuestro trabajo será exigente con el suyo propio y serán unos trabajadores ejemplares”. Hoy mismo he leído en twitter como alguien ha escrito “me cago en vuestra p.. madre”, no hace falta añadir nada.

Pero cuando tu propio cliente tiene dudas de ti cuando le estás haciendo un trabajo exquisito da una profunda tristeza. Además yo por mi personal “mato” y les conozco como trabajan y me parece injusto cuando quieren desprestigiarles sin motivo ni razones, sólo porque sí.

Además para mí es muy importante el respeto no sólo al trabajo que realizamos sino también a las personas lo llevamos a cabo. Puedo cerrar puertas a clientes porque todo tiene que tener un límite y el respeto es hacia el cliente, de acuerdo, pero también hacia el proveedor.

Hay formas y formas de decir la cosa, pero aunque el “cliente tiene la razón” hay que informar cuando ha habido un error en la comunicación. Y es la reflexión que estoy haciendo después de ésta visita, me he dado cuenta de que se produce muchas veces “un teléfono roto”, es decir, en algún punto de la conversación se ha entendido otra cosa o no se ha explicado lo suficientemente claro lo que se quería transmitir. En un curso de inteligencia emocional me dijeron que cuando alguien no se enteraba de lo que queríamos decir el culpable era siempre el emisor, que tiene la obligación de averiguar el nivel que tiene el receptor y hablar a su mismo nivel para conseguir el entendimiento final. Y eso lo que ahora estoy reflexionando, ¿cómo se ha podido entender algo tan diferente de lo que se quiso decir? Cómo lo bueno que tenemos los seres humanos es la capacidad de reflexión y de un amplio aprendizaje, he decido que mientras que termino un glosario de palabras y definiciones típicas del transporte y que utilizamos, lo mejor es que siempre hagamos todo a través de correo y que esté por escrito, porque así se puede ver mejor lo que se ha intentado explicar y no se puede decir “digo donde se dijo diego”.

Estas reflexiones o definiciones las iremos también publicando poco a poco en la web y así valdrá para más clientes, aunque todos nuestros clientes tienen las condiciones generales, y toda la información está también en la web.

El segundo caso que iba a contar también sucedió hace poco, era con una recogida problemática en Francia, hubo problemas al principio porque no estaba preparado el envío, es decir, ajeno a nosotros y luego hubo un retraso. El cliente nuestro nos llamaba cada 5 minutos pidiendo información, insultando al que cogiera el teléfono, luego volvía a llamar para pedir perdón por lo que había dicho, al rato volvía para a llamar para decir palabras mal sonantes e incluso para decirnos que se iba a acercar y que iba a juntar la cara a uno de nosotros en concreto al ordenador para ver si veía las cosas. Esto lo estoy diciendo suavemente. Insistió en hablar conmigo, lo cual fue un monólogo puesto que lo único que quería es hablar durante 10 minutos de los inútiles que éramos, incompetentes, ineptos… Sólo me dejó decir al final de la conversación que estaba de acuerdo con él y que no éramos el proveedor que él se merecía. Llevaba años trabajando con nosotros y ese día dejó de hacerlo, aunque llamó posteriormente a esta agencia como hacía siempre, pero yo ya había dado la orden de que no. El envío llegó el viernes y dijo que no lo quería hasta el lunes. Después de hacer lo imposible para que llegara. ¿Increíble verdad? Pues es cierto.

Pero insisto una y otra vez, esto es puntual, nuestro día a día está lleno de clientes felices y de un trabajo bien realizado, no sólo en mi empresa, sino en toda la Red Nacex.

Y voy a terminar como he empezado, con parte de la carta que me mandó mi comercial de alguien que entre todas las cosas que dice y que en todas estoy muy de acuerdo, trascribo unas líneas que, aunque escritas con humor e ironía, reflejan la pura realidad de nuestro día a día; de aquello que hacemos, conseguimos y logramos minuto a minuto.

  • A su petición, podemos hacernos cargo de cualquier incidencia y todas las demás peticiones que su compañía pueda realizar. También reparamos vehículos y ordenadores.
  • Para un tráfico sin perturbaciones hemos camuflado nuestros vehículos y si esto no resuelve los atascos, somos capaces de liberar las carreteras a petición suya y buscar atajos.
  • Naturalmente el pago de nuestras facturas es opcional y si su compañía tiene dificultades financieras les adelantamos gustosamente una cantidad ilimitada de fondos tanto tiempo como necesite.
  • Nuestras vidas se han enriquecido por el sinfín de experiencias que nos han permitido vivir.