Centro de Atención al Franquiciado
En toda relación existen como mínimo dos miembros y en este caso, no iba a ser menos. El Franquiciador y el Franquiciado. Lo podemos comparar con un matrimonio. Igual que lo podemos clasificar a los matrimonios en varios tipos, lo mismo lo podemos hacer entre nosotros:
- Matrimonios de conveniencia: aquellos cónyuges que no les importa fingir una relación maravillosa y equitativa si la apariencia hace que cada uno siga en el mismo status.
- Matrimonios juveniles: aquellos que se conocieron tan jóvenes que todavía les faltaba guardar el chupete. Este tipo de matrimonios son aquellos que, haga lo que haga el contrario, están totalmente de acuerdo, incluso si hay que tirarse desde un puente. Los matrimonios de este tipo son los que con el paso del tiempo y la madurez mental, hacen que esa baba que te caía al mirar a tu pareja en los años de la inmadurez ahora se transforme en miradas de desconfianza.
- Matrimonios en la madurez o segunda juventud: desde mi punto de vista, éstos son los más graciosos. Son aquellos que tras años de soltería y/o después de un divorcio, se piensa que hay una segunda oportunidad (o tercera o cuarta…) y se hace todo aquello que no se hizo de joven. No miras al contrario con albor sino que, debido a tu ignorancia anterior, piensas que cualquier cosa es mejor, y puedes ver a cualquier persona que está hablando de algo sin importancia y banal como el Dios que estabas esperando durante todos estos años.
Aunque posiblemente haya más tipos de matrimonios, creo que éstos son buenos resúmenes y que se puede llevar también a la relación contractual entre Franquiciador y Franquiciado. Además, podemos ver que las rupturas de éstos también se dan por motivos parecidos a los de trabajo, y que, la mayoría de las veces, son debido a pequeñas historias y malos entendidos.
Me acuerdo en una de las últimas convenciones como el Consejero Delegado nos comentó algo relacionado con esto, incluso dijo que no nos iba mal puesto que estábamos aguantando unos añitos sin que se produjera ruptura ninguna. En otra convención, nos comparó a aquellos amantes, que para hacer el amor se iban desnudando uno al otro, luego había que vestirse y era entonces cuando tendríamos el momento en que el franquiciador nos apoyaría. Era el principio de la crisis, más o menos, y no sé si me dio mucha alegría oír esto. Estábamos empezando a quitarnos las prendas o tristeza porque el apoyo estaba lejano. Recordar que ésto está sacado de contexto y como todas las palabras, también es como yo lo entendí.
En el 1995, nacimos por un grupo llamado Grupo Burgal. Nuestros primeros compañeros fueron T2, ahora Integrados. No puedo decir mucho de las personas que estaban en esos momentos porque no se relacionaban conmigo, por lo menos. Para ellos yo era la “mujer de”. Pero como representantes del Franquiciador había un grupo de personas -que la mayoría hoy siguen estando- y que son los que integran el CAF. Posteriormente, nos compró Logista, pero las personas representantes siguen siendo las mismas, más o menos.
Igual que nos dicen a nosotros que nuestro equipo es el fiel reflejo del franquiciado, tengo que decir que en el caso del CAF es lo mismo. Mira como es el Jefe de un departamento y verás cómo es el personal que lo compone. Aunque lógicamente hay excepciones, que intentaré explicar a lo largo de este cuento. Y por encima de todos está el Director General y el Subdirector General. Por lo tanto, al final de todo, el CAF está hecho a imagen y semejanza de los “jefes supremos”, aunque hay que entender que hemos crecido tanto que alguna oveja se puede descarriar.
Como relaté en su momento, empezamos con un Director General que al poco tiempo, y sin saber porqué, desapareció. Hay que tener en cuenta que yo estoy en Madrid, la central del CAF en Barcelona y yo era la “mujer de”, por lo tanto, nunca se me contó nada ni siquiera a día de hoy. En septiembre del 95, aparecieron los que actualmente siguen siendo Director y Subdirector. El resto del equipo seguiría en el CAF o bien en alguna delegación de Barcelona.
Durante toda esta entrada sólo voy a hablar de lo positivo con las relaciones que mantenemos, porque negativo no hay nada de nada, Dios me libre.
Hay un departamento que para mí es el claro ejemplo de que cuando existe un jefe que no avanza, hace que el personal no sólo se desanime sino también que el trabajo no salga como tiene que salir. Además, esto no sólo lo sé por mi experiencia aquí, sino también lo he vivido trabajando por cuenta ajena e incluso siendo funcionaria.
Este departamento no salía adelante, era el peor de todos los departamentos, no funcionaba nada. Las personas que lo llevaban hacían lo imposible para que todo saliera bien, pero no había manera de que mejorara. La superior que había en ese momento, no sólo te mandaba comunicados echando a los franquiciados la culpa, sino que, se le hacía el trabajo y lo volvía a estropear al mes siguiente. Tuve largas conversaciones con el personal para intentar animarlo. Al final hubo cambio de jefa, más medios y hoy, el departamento es el que mejor funciona, y lo seguirá siendo porque tiene un personal que se deja la vida ¿Verdad, Rosa y Teresa?
Hay otro departamento que para mí es mi tabla de salvación. Me explico: cuando empezamos éramos pocos, tanto en número de franquiciados como en el CAF. Todos nos conocíamos y sabíamos lo que hacíamos sin mirar ningún organigrama. Poco a poco, todo empieza a crecer. Con mis compañeros delegados es fácil, todo está organizado por ciudades, pero los departamentos del CAF se empiezan a hacer grandes, a mezclar competencias, se pasa el correo y la pregunta de uno a otro, y no sabes a quién dirigirte. Encima te regañan porque en los correos pones a todos los departamentos, es gracioso, y cuando no lo hago, me dicen que es otro departamento. Para mí esto no es nuevo, vengo de ser funcionaria y sé lo que significa muy bien la “burocracia”, pero como usuario te vuelve loca. ¿Cómo me puedo imaginar que alguien de informática opine sobre temas jurídicos? O, ¿cómo me puedo pensar que algo de informática lo tenga que decidir alguien de auditoría? Es de locura. Entonces, muchas veces, utilizo este departamento. Ellos buscan y buscan y buscan, y preguntan a quién me puedo dirigir. La mayoría de las veces me solucionan las dudas ellos mismos, pero es que son la viva imagen del superior ¿verdad, Nurita?
Otro departamento que sobrevive y no tiene tan mala fama es por el trabajo increíble que realiza uno de sus miembros más antiguos, te adoro Nuria.
Ahora, voy a contar una anécdota que me pasaba muy a menudo al principio. Como ya he contado, con los primeros envíos sufrías como si tuvieras un hijo enfermo (ahora también pero con más experiencia). Ahora, sigues al paquete on line, en esos momentos era “on teléfono” y con un pellizco en el estómago. Cuando mi nerviosismo no me dejaba concentrarme, entonces llamaba a Carlos y Sandra, ellos eran mi sedantes, mis relajantes, me desahogaba con ellos y yo me quedaba tranquila, me imagino que ellos con dolor de cabeza.
Aquí, quiero incluir a una persona cuyo nombre es “tabú” en estos momentos, pero tengo que decir que desde el año 1995, casi mes por mes, me ha llamado sólo para saber si estaba bien. Me ha solucionado todos los problemas y su ingenio me ha despertado mi mente. Ahora, estoy huérfana porque no hay nadie que haga eso.
También existen personas que no pueden demostrar todo lo que llevan dentro, toda su valía personal y profesional, y que son un filón de oro sin explotar. ¿Verdad, Esther?
No quiero tampoco pasar la ocasión de explicar que hay personas que no saben enseñar aunque sus conocimientos sean muy superiores al de otros, pero en cambio hay otras personas que lo saben hacer perfectamente, aunque con un poco “nervioso” ¿verdad, Juanjo? Gracias a ti empecé a “querer” un poco más la informática y las mentes informáticas.
Desde el principio, hemos dicho una frase: “esto es un barco (ahora transatlántico), unos están en una parte del barco y otros en la opuesta, pero todos vamos hacia la misma ruta y llegamos a buen puerto”.
Como en todas partes, las empresas las componen personas y siempre hay las que piensan que son más listas que los demás, incluso que los franquiciados, pero no arriesgan su patrimonio para hacer la demostración. Bueno, hay algunos que sí, pero la mayoría no lo hace. ¿Será que si lo hicieran se comprobaría que no son más listos y es más fácil dirigir desde una mesa? Pues puede ser o no, puedo estar equivocada.
Aunque quiero quedarme sólo con lo positivo, no hay que olvidar que hay jefes que no sólo pueden estropear un departamento sino toda una empresa cuando dicho departamento es un pilar. Y sobre todo, cuando para cubrir la ignorancia sólo se vale de inventos y malos oficios para subir, vamos lo que toda la vida se ha llamado un trepa. Por supuesto esto no existe donde estoy ahora mismo, Dios me libre, es de otros trabajos….
Me acuerdo en una reunión que un jefe de departamento, al cual no le gustaba los ruegos y preguntas, hizo el siguiente comentario “Parece que lo que antes servía ahora no sirve”. Se refería a un tipo en concreto de colectivo. Habían pasado 2 años, más o menos, del comienzo de esta crisis y lo gracioso es que en la convención anterior había dado las gracias por su trabajo profesional al mismo colectivo, y un año más tarde, no servían. De locos, ¿no os parece? Pasado un tiempo, me di cuenta que a lo mejor lo entendí mal, porque en realidad, si lo aplicabas al que lo dijo y a otros trabajos al final tenía razón.
- Es fácil gestionar una empresa con vacas gordas, lo difícil es hacerlo con las vacas flacas.
- Las crisis nos dan el poder del cambio.
- El ingenio de las personas se agudiza con la necesidad.
- El cambio es necesario durante y después de una crisis.
- Cada meta que conseguimos nos da éxito o enseñanzas. Aprendamos que es muy triste terminar una etapa sin haber aprendido nada.
- Cuando te fijas metas los “para qué” son muchos más útiles que los “por qué”.
En resumen, todos estamos dentro de un todo. Lo que es bueno para el franquiciado es bueno para el franquiciador y viceversa.
Como no quiero alargarme mucho en este tema, sólo pedir perdón por aquellas personas que no he nombrado. No es porque no tenga un recuerdo bueno en alguna parte de mi mente, es que los otros que he nombrado son más fuertes y estaré siempre agradecida. Todo el personal del CAF es muy amable y siempre me han ayudado, por eso se llama CAF (Centro de Atención al Franquiciado). Además, seguiré hablando de todos porque otro día escribiré de las convenciones, DZ y el consejo de dirección operativa y mi experiencia como Directora Regional. Además, y creo que una de las patas de la mesa más importante en nuestra organización, escribiré sobre las plataformas que creo que es un tema muy interesante y que se da poca publicidad.
Por lo tanto, igual que sin las Delegaciones Nacex no soy nadie, sin el CAF tampoco. Y viceversa, no nos olvidemos.
“¿Qué es Nacex? Dices mientras claves tu pupila en mi pupila azul. ¿Qué es Nacex? ¿Y tú me lo preguntas? NACEX ERES TÚ.”
Con ésta frase quiero decir que el “TÚ” es:
- El Franquiciador con todo el CAF;
- El Franquiciado con todo su personal;
- El Cliente final que además para mí es “El Cliente”.
Gracias a todos y a seguir con este matrimonio y que dure.
Carmen Ruiz Atienza
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