Bodas y nacimientos
Voy a poner ahora recuerdos agradables. En estos años que han pasado, nuestra “familia” ha crecido, también ha menguado, pero hablemos de los momentos divertidos y felices que hemos tenido.
Durante estos años, ha habido unas 14 bodas, unos 20 nacimientos, una jubilación, algunas separaciones, 3 funerales y muchas fiestas.
De las bodas hay muchas historias divertidas.
Cuando se casó Carlos, le hicimos una “especial despedida de soltero”, digo especial porque fuimos tanto hombres como mujeres y él estuvo acompañado por su futura mujer. Como siempre, le habíamos hecho varios regalos. Por una parte, los serios, y por otra, alguno “graciosillo”. No sabíamos cómo la novia se iba a tomar dichos regalos, pero en la terraza donde estábamos cenando, empezamos a dárselos y tengo que decir que ella se hizo con el mando de todo desde el primer momento. El problema vino cuando nos fuimos a bailar todos y ella se subió a bailar tipo go-go con alguno de los regalos. En poco tiempo, comprobé que estaba rodeada de hombres cuya mirada se hacía cada vez más erótica. Al final, conseguimos que dejara de moverse de aquella manera y llegó sana y salva para su boda. Era verano, mucho calor, a la salida de la Iglesia empezamos a ver unas nubes grises. Ya pasarán – empezamos a comentar. Cogimos los coches camino a la celebración, las nubes pasaban de grises a negras. Ya quedaba poco, nos daba tiempo a resguardarnos de una posible lluvia. Error, no fue así. Fue bajarnos del coche y eso no era llover, era una tromba de agua que en pocos segundos había riachuelos por el suelo. Los paraguas no hacían nada y los pocos metros que había hasta llegar a resguardarnos, fueron los suficientes para llegar empapados. Los vestidos pesaban 5 veces más. Lo mío era un conjunto de falda y blusa de encaje beige. Con el peso, la falda se me caía, el encaje se transparentaba, el pelo se rizaba y la pintura de la cara se resbalaba. Todas las mujeres corriendo al cuarto de baño, había overbooking. Todas con sus ropas y el secador de pared para las manos. ¿Sabéis lo difícil que es secar una falda estrecha en ese secador? Algunas decidieron quitarse las ropas y secarlas, ¿Quién es la última? Al final, un poco compuesta de aquella manera, un poco de restauración facial y a divertirse que se casaba Carlos. Hoy, es padre de 2 niños: un niño y una niña, que son tan guapos que pueden salir en cualquier anuncio. ¡Quién me lo iba a decir a mí, si cuando empezó a trabajar conmigo casi el niño era él!
Otra boda divertida fue la de Goyo, aunque luego a los pocos días pasó una desgracia como es la muerte de Jesús. Pero hablemos de lo bueno. Cristina estaba embarazada, pero si la mirabas de espaldas no se lo notabas para nada, parecía que se había quitado la barriguita y se la había dejado en casa, pero se daba la vuelta y allí estaba Andrea, todavía sin ver la carita, pero ya existía.
Según estaba haciendo la entrevista para contratar a Goyo (antes hacía la entrevista en la segunda planta), pensaba en que tenía un ramalazo, pero me pareció bueno para el trabajo y le hice el contrato. Bajé a presentarlo a sus compañeros y cuando se marchó comenté “es el primer empleado especial que he contratado”, pensaba que su tendencia sexual era otra. Pues nada más equivocada. Yo creo que tonteó con todas las féminas del trabajo, pero él se casó con la que estaba enamorada, fue en el 2004, hoy está separado, pero Goyo tiene otra historia de fortaleza muy bonita y difícil para todos. Cuando separé sociedades, hubo que dividir al personal: unos para Alcobendas y otros en Sanse, el resto se quedaban en las otras delegaciones. Fue duro, muy difícil sobre todo porque me tocó a mí. Tuve que tener la cabeza fría para dejar a las dos delegaciones bien, y como en Sanse nos quedábamos con menos personal al tener menos envíos, fue todavía más difícil de decidir. Lo contaré en otro momento, pero a lo que vamos, Goyo le tocó para Alcobendas. Pasado el tiempo, se vino conmigo, y un día se fue de boda a Valencia. Él es de ahí, y a mitad del camino empezó a que no podía moverse, le diagnosticaron esclerosis múltiple en el cerebro. Se le paralizó un lado entero del cuerpo, perdió vista., etc. Fue muy duro para todos, pero lógicamente más para él. Poco a poco se fue recuperando, se pone tratamiento todas las semanas, prueba tratamientos nuevos, todas las noches tiene fiebre, pero a primera hora le tengo aquí trabajando, desde la vez que le dijeron que podía hacerlo. Es lógico, no quiere estar solo, pero a nosotros al principio nos daba miedo. No hay dolor que pueda con él y siempre está contento. Cuando algunas veces, le he dicho que se vaya a su casa a descansar me pide que no, por favor. Es un gran chico y lo loco que era antes, ha hecho que ahora sea no sólo buena persona sino uno de mis mejores trabajadores.
Seguimos con la boda de Alberto, el comercial de San Fernando de Henares. Yo le tengo puesto en el móvil como “calimerooo”. ¿Os acordáis del pollito negro con la cáscara en la cabeza que nadie le entendía? Pues es Alberto. Nadie le entiende, y además, pasa desapercibido. Ha ido junto a Oscar a todas las convenciones comerciales, y además, me ha acompañado a una de delegados. Pues todo el mundo, durante todos los años, me preguntan: ¿éste es nuevo? La misma persona al año siguiente ¿es tú comercial nuevo? Así convención a convención.
En su boda, los mensajeros le hicieron un pasillo y le cantaron una canción “militar” hecha nada más que para él. Nos dieron una botella de vino con sus caras, que con el paso del tiempo se ha estropeado. ¿A ver si renovamos y me regalas otra majo? Ahora tiene 2 hijos, también la parejita.
Otra boda fue la de Oscar. Él se llama “tigre” ya sabéis por qué. Yo le tengo grabado en el móvil como “pesadoooooo”, tal cual. Su boda también fue muy bonita sobre todo por la música que pusieron en la iglesia cuando entraba la novia y cuando entraron en el restaurante. Dos canciones preciosas. Luego en el restaurante se llevó camisetas Nacex de verano y se puso a casi todos los invitados, sobre todos los relacionados con la empresa y otros invitados que se animaron. Bailamos mucho, y además, sus amigos hicieron un álbum muy gracioso con fotos de ellos de pequeños y luego de mayores, como si fuera un cómic. Estuvo muy bonito, me hicieron llorar hasta a mí, sobre todo porque salía una foto de su padre que Oscar le quiere mucho y murió muy joven y no podía estar ahí, pero de alguna manera consiguieron que estuviera. Ahora, tiene una hija preciosa y la mar de graciosa, pero que puedes esperar con el padre que tiene. ¡Le está enseñando cada cosa!
Con todos los niños, como los ves de bebes y luego como van creciendo, es ver pasar el tiempo pero muy muy rápido.
Hemos tenido más bodas, pero sería largo seguir hablando de ello. Ahora, el 31 de agosto, se casa un mensajero. La crisis no ha podido con el amor.
Embarazos también hemos vivido unos pocos. No sólo de mujeres en el trabajo, sino también de los hombres, que ya no es como antes. Pero como me he alargado un poco, mejor lo dejamos para otra entrada.
Tengo que decir que, Andrea fue mi primera “sobrina-nieta”, pero que luego también he vivido en el trabajo otro embarazo y nacimiento de otro “sobrino-nieto”. Esta vez, Itzan. Entre medio, tenemos otra pero que no lo he vivido en el trabajo, pero un besito también para Violeta. Sobrino nieto significa que es un hij@ de una sobrina, ahora tengo la ilusión de ser abuela, porque quiero ser una abuela joven antes de que la artritis, el colesterol, las canas me hagan ser de otra manera.
Carmen Ruiz Atienza
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