Otro año más celebramos el 1 de Mayo, el Día del Trabajador, ¿pero tenemos ganas de celebrarlo?
La verdad es que a mí cada año me cuesta más:
- Seguimos con un alto porcentaje de parados. Nos alegramos cuando baja por motivos vacacionales, pero no avanzamos en cuanto a la calidad del trabajo.
- Se sigue discutiendo por el precio de los servicios sin darnos cuenta qué significa bajada de salarios y/o despidos.
- Los sindicatos, grandes defensores del trabajador, en juicios por no utilizar “presuntamente” las subvenciones para aquello para las que les fueron concedidas.
- Unos y otros, pagando mariscadas, copitas en locales de lucecitas, viajes paradisíacos, etc. “presuntamente” a costa de todos los trabajadores y pagadores de impuestos.
- Hacienda persiguiendo a todo el mundo y, en cambio, perdonando a otros deudas de alcance millonario. “Presuntamente”, claro, siempre todo “presuntamente”. Acaban de encerrar en la cárcel a uno que dicen que es el segundo mayor deudor de Hacienda de España. ¿Pero esto cómo se come? Y también “presuntamente” hay equipos deportivos que no pagan la seguridad social de sus jugadores y aquí no pasa nada. Claro que si lo hace un empresario, embargo de casa, coche y de toda su vida como poco.
- Los jóvenes se tienen que ir o coger un trabajo que no corresponde a sus estudios y los adultos que han sido despedidos, rogando para que alguien les dé algo de trabajo y poder así sobrevivir.
Y más cosas que podría escribir, pero creo que sería enumerar repetidamente una realidad que, desgraciadamente, ya vemos cada día en nuestro entorno. Porque mientras el pueblo lo pasa mal, los políticos se dedican a jugar a su particular Monopoly, uno en el que los asientos del Congreso y los Ministerios representan las calles del mítico juego. Es gracioso ver cómo un Gobierno en funciones no quiere presentarse en el Congreso a dar explicaciones porque está en funciones y en cambio está gobernando estando en funciones. Si no se dan explicaciones en una cámara que no te ha elegido ¿por qué gobiernas si la cámara no te ha votado? Esto es de locos. Y mientras nosotros presentando impuestos y pagando.
Yo no salgo de mi asombro, día tras día. Ahora amanecemos con los “papeles de Panamá”, ¿pero, cuántas fórmulas tienen para no pagar impuestos aquellos que las conocen?
Y si no nos encontramos con los juicios de Palma, ¿pero cuánto dinero se ha tirado a tanta gente sin que haga nada de nada? Todo a costa de los contribuyentes.
Tenemos oficios y/o trabajos que van a desaparecer o que van a tener que reciclarse. La tecnología va tan deprisa que no somos capaces de asumir tantos cambios.
Hace un tiempo recordaba cómo desaparecieron los acomodadores de los cines y cómo nos hemos ido acostumbrando a ello, pero de lo mal que lo debieron pasar esos trabajadores pocos se acuerdan. Y digo yo que se reciclarían si tenían edad para ello y sino a mal vivir. Esto me recuerda que hace muchos años (creo que 35) pasamos también una gran depresión y mandaron a muchos trabajadores al paro, entre ellos a mí padre, con 54 años. Nunca más volvió a encontrar trabajo, era muy mayor. Tuve que dejar los estudios y ponerme a trabajar. Junto a mi hermana la mediana aportábamos los salarios para que la casa siguiera adelante. Mi padre entró en una tristeza enorme y cuando se asomaba al balcón estábamos pendientes de que no hiciera una tontería. Y al final, de todo se sale. Pero no gracias al Estado. Porque se le terminó el paro, estuvo muchos años sin cobrar nada y cuando tuvieron que hacerle el cálculo de la pensión, os podéis imaginar, con tantos años sin nada, la pensión es la mínima. Llevaba trabajando desde los 6 años.
Con relación al reciclaje de los empleos os cuento lo que me ha pasado hace poco. Las gasolineras hacen tiempo que son autoservicios, hay muy pocas que haya personal para servirte. En realidad, yo pensaba en su momento que el ser autoservicio haría que la gasolina bajara de precio, pero en realidad no fue así, pero poco a poco fueron desapareciendo los “gasolineros”. A la que voy yo normalmente, en mi barrio, sigue existiendo personal que te sirve la gasolina. Poca, si es verdad, de los que habían, han dejado a 2, uno que sirve y otro que cobra…
Pues ha salido un app para móvil donde puedes hacer todo a través del dispositivo, menos echar la gasolina, claro, eliges el surtidor, pones el importe, pagas por el móvil e incluso te mandan la factura automáticamente al móvil. ¡Qué maravilla! Me quito de esperas y menos trabajo. El problema viene cuando el que me sirve habitualmente se enfada cuando le pregunto por el nuevo sistema. Y me dice que estamos potenciando que se les despida. Hombre, pienso que no era eso. Pero lo malo viene cuando vuelvo otro día y está otro compañero, dónde me hace que abra el deposito, él llena el deposito, y me dice a mí que cierre yo el deposito. La verdad que para mí era cómodo porque como siempre estoy con el bolso, el monedero, etc. pues me facilitan que lo hagan ellos por comodidad mía (claro), pero si ahora lo tengo que hacer yo también, pues no me importa también echarme la gasolina, que lo hago en otras gasolineras. Pero yo me he preguntado ¿de verdad se quiere trabajar o bien se quiere trabajar lo mínimo posible? ¿Tenemos miedo a que nos echen con las nuevas tecnologías o hacemos honores para que todo se vaya haciendo más automáticamente?
Total, que no se sabe ni lo que queremos y no donde vamos a terminar. El dinero no tiene el mismo valor hace un tiempo que ahora y cada vez pensamos más en pequeño, será por miedo, por incertidumbre, o por miedo a reciclarnos, pero estamos condenados a salir de nuestra zona de confort y si no lo hacemos nosotros solos, nos van a sacar a empujones.
¡Feliz Día del Trabajador!