Archiv para 2013

Optimismo vs Pesimismo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Optimismo vs pesimismo

Hoy, me he levanto un poco “soviética”, y esto significa que me encuentro reivindicativa y paso a llamarme “Carmelosky”.

Llevamos muchos años de crisis. Está siendo larga y dura, pero hay personas y/o colectivos,  que yo creo que están deseando que la crisis no termine porque se les acaba su forma de vivir. Han hecho su negocio del problema, pero no en positivo, sino en propiciar la negatividad para su propia subsistencia.

Hay cosas que no entiendo, cuando todos gastábamos sin medir el dinero porque era fácil que un banco te diera cualquier préstamo, teníamos tantos coches como adultos con carnet hubiera en una misma casa, incluso en barrios donde aparcar significa dar vueltas y vueltas para conseguir una plaza. Pero no importaba porque se presumía de opulencia. Tener coche supone unos grandes gastos que ahora lo estamos viendo mejor: gasolina, seguro, revisiones, etc., y esto multiplicado por dos, tres y hasta cuatro, según el número familiar. Además, no se tenían coches antiguos, todos con coches nuevos, nada de segunda mano.

A su vez, estábamos cansados y los spas urbanos crecieron como setas en el campo. Incluso te encontrabas un spa en algunos sitios impensables. Lo que antes se veía   sólo en exquisitos balnearios que tendían a estar ocupados por personas de cierta edad para sus curas reumatológicas, en la época de la que estoy hablando, aparecieron  en cualquier hotel o en cualquier local del barrio más obrero posible. Y lo digo por mi barrio.

Los especialistas te daban información de la depresión por el cambio de hora. La depresión por la vuelta del trabajo después de las vacaciones, la depresión por la vuelta a los estudios… Total, nuestro cuerpo y mente necesitaban darse un baño con masaje a seis manos, un tratamiento de choco-terapia o un tratamiento anti-vejez a base de vino.

Yo me hago ésta pregunta: la gente del campo que se levantaba al alba y terminaba su jornada a la anochecida, con muchos hijos a su cargo y arando la tierra, ¿dónde tenía las depresiones?, ¿dónde tenían los traumas? Yo creo que no tenían tiempo para todo esto.

Pero ahora, estábamos en la sociedad del confort y todo era necesario para nuestro cuerpo y nuestra alma.

Al mismo tiempo, las vacaciones se cogían sin problema, elegías lo que más te gustaba sin mirar precios, de larga duración y mejor a hoteles porque en los apartamentos al final tienes que cocinar y limpiar. Con esto último sigo estando de acuerdo, aunque por necesidad es mejor hacerlo, más barato.

Los pisos subían de precio, más y más cada vez, los políticos decían que tenía que explotar la burbuja inmobiliaria, pero no hacían nada para evitarlo. Era dinero para las arcas de todos: ayuntamientos, comunidades autónomas, estado, notarios y bancos. Y claro, a ellos no les interesaba romper esto.

Es la misma hipocresía del tema del tabaco. Aunque pertenezca al grupo Logista, y por tanto algo relacionado del tabaco, hay que reconocer la hipocresía. Se nos ponen leyes para que se nos mire como apestados, fotos en los paquetes de tabaco para asustar, se anuncia lo que cuesta en la Seguridad Social un enfermo del tabaquismo…, pero bien que cuando necesitan más dinero suben los impuestos y viven del dinero que se llevan de los paquetes de tabaco, aunque sepan que es una droga y que matan a la gente. ¿No hay mayor hipocresía que esto? Yo llevo seis meses sin fumar, ya no les daré trabajo en la Seguridad Social, o a lo mejor si por ese tema o por otros, pero de momento no les pago más impuestos del tabaco (aunque sí otros impuestos).

Además del tema del tabaco y lo de los pisos, es la situación actual de algunos profesionales que están haciendo el negocio mientras que se sigan dando malas noticias.

Cuando no teníamos crisis y vivíamos felices gastando dinero que nos daban los bancos o los políticos gastando dinero que no teníamos, pues no pasaba nada. En la televisión, por ejemplo, había programas de fiesta, canciones, comedias, etc. Cuando ha llegado la crisis, la televisión se ha llenado de periodistas, críticos, etc., que programa tras programa, dan su opinión sobre la crisis y lo mal que lo hacen otros, pero no dan la solución. Es gracioso ver cómo, ante el mismo problema, se ven de diferente manera las soluciones. A mí no me hace gracia, porque algunas veces parece que nos quieren llamar tontos y sobre todo que no tenemos memoria. Repiten lo mismo una y otra vez, porque además los que hablan se ve claramente que son de un partido o de otro, los economistas también, pero ¿cómo es posible que sabiendo tanto y teniendo tantos conocimientos no han conseguido terminar con las crisis? A lo mejor, no les interesa porque si se termina la crisis no tendrían tanto trabajo porque en realidad  se van de una cadena a otra diciendo lo mismo.

Parece que hay un concurso para ver quién da la peor noticia posible. Una noticia positiva tiene un minuto de vida, la negativa horas y horas de televisión, tertulias, periódicos, opinión,  etc. Tenemos personas que antes no sabíamos que existían para que nos expliquen que es la prima de riesgo. Cuando estaba alta, salían un día sí y otro también para explicarlo en todos los medios de comunicación. Cuando está mejor, no sale nadie para hablar, se olvidan del tema, pero en cuanto sube unas décimas, ya oímos eso de “ya lo he dicho yo, no quiero ser pesimista pero ya lo sabía”, pero se vuelve a esconder cuando al poco vuelve a bajar.

Damos la enhorabuena a un pueblo o bomberos, policías, etc. que lo han dado todo en el accidente ferroviario de Galicia, y al día siguiente, sacamos errores de coordinación o hablamos de defectos cuando están en el aire proyectos de venta. Por supuesto que es necesario mejorar y que no tenía que haber muerto nadie, pero la solidaridad no nos puede dudar tan poco tiempo, por lo menos un poco de respeto a los familiares de esas víctimas que sufrirán más si oyen tantas cosas. Luego, los jueces ya dirán lo que tengan que decir.

Siguiendo con estos tertulianos que nos acribillan en programas, opinan en los periódicos, hablan en las radios, que tanto antes como ahora, han tenido la posibilidad de arreglar todos los problemas, pero no lo han hecho. Yo pienso: si se arreglan los problemas, ¿de qué vivirían ellos? Y me podéis contestar: de su profesión. Pues que lo hagan ya y dejen de darnos las charlas correspondientes, que además, se ven de diferente forma según el partido político que hable y/o actúe.

Estoy así porque este fin de semana he salido poco y he visto televisión. Me encuentro que durante la semana y a la misma hora, hay muchos programas de “actualidad” dando opiniones de jueces, abogados, política, sociedad, etc., ¿Alguien se ha preguntado las ideas que se dan a abogados defensores de delincuentes y asesinos donde se les está informando de los fallos del juicio? Pero llega el fin de semana y nos cambian las películas,  los musicales (que ya no existen) o las obras de teatro por más tertulias, para repetir lo mismo de toda la semana, por si acaso nos habíamos perdido algún segundo.

Eso sí, para ahorrar gasto, nos ponen las películas del siglo pasado, o las austriacas, alemanas o basadas en un hecho real de dolor y miseria, que te hacen adorar “Cine de Barrio” y Paco Martínez Soria.

Pero, ¿en realidad se produce un ahorro? o ¿lo que tendrían que pagar por una buena película se lo pagan a los tertulianos que van de cadena a cadena de televisión, radio y periódicos?

Antes, incluso había emisoras de radio que todo el rato ponían música. Ahora, encontrar una así es muy difícil. Menos mal que tenemos el iPod.

Yo quiero buenas noticias, que las hay y muchas, pero no venden tanto como las malas.

Necesitamos alegría, relajar nuestra cabeza de problemas, ánimos porque al final el que está más abajo es el que está sufriendo todo, canciones, que vuelva Peret, Chunguitos, la canción del verano, “La Barbacoa”, “Los Pajaritos”, lo que sea, pero que  disfrutemos del momento, que luego, te puede caer una bombona de butano y te lleva volando a las nubes.

Somos un país alegre, que toda esta gente no nos amargue la vida y saldremos adelante entre todos, no entre unos cuantos.

Hay que levantarse de la silla y exigir la “felicidad”. No viene en la constitución, pero debería de estar y deberíamos denunciar que nos la están robando.

Pensemos y publiquemos noticias positivas que LAS HAY.

Carmen Ruiz Atienza

¡Feliz cumpleaños, Enrique!

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

Enrique Liberación 2000

Miércoles, 31 de julio. Hoy, es el día de Enrique, conductor de la agencia 2826 de San Fernando de Henares y un valor seguro para Liberación 2000.

Enrique, o Quique para algunos, ha sido uno de los últimos conductores que ha entrado a trabajar con nosotros. En muy poco tiempo, y con su discreción, amabilidad y educación, conquistó nuestros corazones. Enrique siempre se lo toma todo de la mejor manera posible. Incluso cuando se le dice en broma: “Hoy, tienes 45 cajas para llevarte, que pesan 30 kg cada una”, pone su mejor cara. Es un valor seguro para Liberación 2000.

Todo el equipo te deseamos un feliz cumpleaños.

¿Ovnis en Segovia?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

Ovni

Cada envío es un mundo y una aventura. Queremos contaros otra divertida anécdota que vivió uno de nuestros compañeros de la oficina de San Fernando de Henares en Segovia. Terminó en la carretera, cerca de un camión rodeado de luces y focos.

Las Plataformas Nacex

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Plataformas Nacex

Ayer, estuve en la Plataforma de Nacex de Madrid y recordé que, en otra ocasión, había pensado en hacer una entrada del blog dedicada solamente a las plataformas que componen la red de Nacex, y ha llegado el día.

Todas las funciones de los componentes de nuestra red son eslabones necesarios para que los paquetes lleguen a su destino en el momento adecuado. Mucha gente no se da cuenta del trabajo y las personas que están detrás del servicio que realizamos. A día de hoy, los paquetes todavía no se tele-transportan en una máquina que hace que las moléculas se disuelvan y aparezcan en otro lugar de la geografía española sin daño alguno. Eso lo podemos dejar para alguna película de ciencia ficción, o quien sabe, para un futuro. Si es verdad que antes transportábamos mucha más documentación porque hoy en día se hace por otros medios y gracias a la firma digital hay más seguridad de quien remite dicha información. Y, según se vayan implantando las nuevas tecnologías, menos nos utilizarán a nosotros para realizar el servicio.

Aunque reconozco que con la documentación se han conseguido grandes adelantos, en tema de paquetería todavía no se ha llegado a ninguna solución, salvo utilizar el transporte, ya sea terrestre, aéreo o marítimo, pero algún tipo de locomoción se utiliza.

Debido a mi mente femenina, el hablar de rutas por carretera es como hablar del mismo diablo. Aunque hay libros que dedican su tiempo a explicar “el por qué las mujeres no entienden un mapa y los hombres no encuentran nada en la nevera”, en mi caso, y aunque soy capaz de leer un mapa (he sido durante mucho tiempo copiloto), no tengo la menor duda que los navegadores fueron el mejor invento para mi después de otro pequeño “electrodoméstico” que no voy a decir el nombre, pero que no es la lavadora.

Las rutas de mis delegaciones las organizan y preparan mis controladores de plano, hombres. Creo que es de los pocos trabajos que hay en la empresa que no sólo no quiero aprender, sino que me costaría un mundo hacerlo.

Tengo que aclarar que estas palabras no son ni machistas ni feministas, sólo que hay que reconocer lo bueno de cada uno de los sexos, y como dice el libro, si se consigue entender que cada uno es muy válido en un área, nos entenderemos mejor.

Una vez aclarado el punto, continuamos con la explicación. Si en una delegación hay que hacer rutas, ¡imaginaros en el resto de la península! Cuando miras el mapa y la ruta, parece que es lo lógico y normal, pero una vez que ya está pensada, contrastada y realizada.

Además, las rutas están vivas (no me he vuelto loca). Están muy vivas y hay veces que hasta muerden. Digo esto porque según las cantidades de paquetes, pesos, medidas y conductores, tienes que tomar decisiones tan importantes como doblar rutas, cambiar recorridos, etc. Y esto ocurre tanto en las delegaciones como en las plataformas. Además, también ocurre que una vez las rutas han salido, pasa cualquier incidencia que hace que tengas que mandar a otro conductor para seguir con ella. Esto puede ocurrir por un accidente, una avería del coche, una enfermedad de un conductor o que alguien utilice a los conductores para algún plan de locura. Ya hemos contado que, hace poco, un conductor mío se topó con un destinatario que le sacó una pistola de balines. Otro día, a la semana siguiente, a otro conductor le pusieron una denuncia por tropezar con una mujer. Esto significó que los dos conductores perdieron esos días de trabajo y los días que han tenido juicios, más el disgusto y el susto. Lógicamente, esto supuso otra nueva organización de las rutas para seguir con el trabajo. Los clientes no se llegaron a enterar de nada. Todo fue entregado correctamente y a tiempo.

Me viene a la memoria cuando un conductor se dirigía a la plataforma y se le olvidaron las palabras, no sabía donde iba, lo que estaba haciendo ni donde vivía. Saber lo sabía, pero no lo sabía explicar. Me acuerdo que la vez que le pasó la crisis más fuerte, cuando hablaba con nosotros, por ejemplo, para decir la palabra postre nos decía: “aquello que se toma después de las comidas y es dulce”.

También he contado cuando tuvo un accidente un mensajero y tuvimos que recoger los paquetes por la carretera. Al día siguiente, estaba todo perfectamente entregado.

Lo mismo ocurre en todas las delegaciones y, por supuesto, en las rutas nocturnas de las plataformas. Aquí en Madrid, hay varias personas que están desde la tarde y la noche organizando y controlando todo lo relacionado con las rutas. Hay en concreto una persona cuya imagen mía de él  es siempre organizando y hablando de todos los cambios que tiene que realizar.

No sé si lo he contado en otra entrada, pero hace años tuvimos un cliente que desde Alemania enviaban unos paquetes no muy grandes llenos de botes de pepinillos en vinagre para un burguer famoso. Normalmente, no lo hacía mediante nosotros, sino por un transporte convencional. Esa vez, les había fallado, y al día siguiente, tenían que estar en los restaurantes para las hamburguesas. Eran varios tráilers y eso significaba muchos paquetes. Y como siempre, cuando otros transportes fallan, ahí estamos nosotros que nunca fallamos.

Hace poco, puse que éramos el 112 del transporte y así es. Estamos para las emergencias y lo que otros no pueden o no saben hacer.

Siguiendo con la narración, una vez que superamos la tensión de la espera de los camiones, nos pusimos como locos a teclear. Ahora, todo sería más fácil, nos habrían mandado un fichero y se hubiera hecho todo automáticamente, pero en esos años, no había llegado la tecnología de los ficheros (todavía utilizábamos los diskettes) y nos pusimos como locos a teclear, a mí me sirvió mi época de grabadora de datos. Además, tuvimos que pedir permiso para llegar más tarde a la plataforma, aunque les íbamos informando de los destinos y los kilos por sí tenían que doblar rutas. Yo iba mandando coches y furgones para que en la plataforma se fuera adelantando trabajo. A última hora, bajamos tres coches y mi furgoneta (Nissan Serena). Llego a plataforma y empecé a descargar los paquetitos, que pesaban cada uno por lo menos 10 kilos. Recuerdo al organizador venir directo hacia mí. No me acuerdo de sus quejas, mi mente sólo recuerda los dichosos paquetes y su dichoso peso y la voz de él en mi oído regañándome. Sólo quería que todo se terminara y que alguien me ayudara. Una vez que me dijo lo que me tenía que decir, se marchó. Yo terminé de descargar.

Otro recuerdo que tengo de él  es en Venecia. Yo en una vaporetta, mirando las casas, los canales, hablando con amigos, relajada y feliz, acababa de empezar mis vacaciones, llevaba un día y suena el teléfono. No me dio tiempo ni a decir hola cuando recibo la regañina correspondiente. La gente de mí alrededor estaba asustada, oían los gritos y yo sin poder decir nada, pero cuando conseguí hablar todo quedó arreglado. Es lo que tienen algunas personas, que son tan buenas que tienen ese pronto, pero luego se quedan tranquilos y a gusto y hacen su trabajo a la perfección. Yo pude seguir con mis vacaciones.

Sin ellos no saldría nada adelante. Las rutas nocturnas, además, han tenido problemas de robos, han sido perseguidos y robados, incluso en marcha. Pero no sólo los Nacex, el resto también. Por eso, algunas veces, hacen los caminos juntos todas las empresas del transporte. Los conductores tienen además el GPS que sabe en todo momento donde se encuentran y que pueden localizar el vehículo en caso de robo. Y así durante toda la noche, y de madrugada, vuelta a las plataformas, a colocar las mercancías para que cuando llegan los conductores de las delegaciones se pongan a cargar y se dispongan a llevarlo a las delegaciones para controlar uno por uno y salgan a repartir.

Es un trabajo en el que todas las horas del día y de la noche hay personal trabajando para que la mercancía llegue a las manos de cualquier persona, no sólo de España sino del mundo, en perfecto estado y controlada.

Ahora, quiero hacer una mención al espantoso accidente de tren ocurrido ayer 24 de Julio en Galicia. Es horrible con tantos muertos y heridos, y sobre todo, con tanta angustia de familiares. Me ha hecho recordar el atentado de Atocha en Madrid y el sufrimiento que tuvimos todo el día, la tristeza y la pena. Aunque no teníamos directamente ningún afectado, todos tenían algún conocido. En esos momentos, me acordé de gente que llevaba sin saber de estas personas mucho tiempo, pero a todos los querías localizar para saber que estaban bien.

En otro momento, dedicaré una entrada al blog sobre este horrible día, pero hoy, quiero dedicar unos momentos a las víctimas, heridos y familiares de este sangriento. Todos estamos con ellos, no en cuerpo, pero si con el alma. Además, envío toda mi admiración a todos aquellos que estando allí están donando sangre y están ayudando. También me viene el recuerdo de las colas de sangre que hubo en Madrid. En estos momentos es donde se demuestra la grandeza de un pueblo y su solidaridad.

Carmen Ruiz Atienza

He sido Directora Regional

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

enthusiasm

Ahora, me voy a ir a las fechas 2004 y 2005. Todavía no había llegado la actual tormenta y todo era crecimiento. Esto significaba que había buenas relaciones entre todos los componentes de Nacex. Estábamos perfeccionando nuestra calidad, estudiando nuevos mercados y filosofando sobre nuestro futuro. Ahora, no me acuerdo de las fechas de los acontecimientos que voy a relatar pero no deben de estar muy lejos de éstas. Éramos tan felices que hasta tuvimos dos reuniones entre la central y algunos franquiciados para filosofar sobre “donde estábamos, hacia donde nos dirigíamos y adonde queríamos llegar”. Todo en ambientes distendidos, hablando tranquilamente. Una reunión fue en Ávila y otra en Segovia. No sé si se han vuelto a hacer, pero lo que sí que tengo claro es que sólo estuve en éstas dos. Fijaros que siempre se dice que las crisis son buenas para hacer cambios y renovarse, y nosotros, antes de las crisis ya teníamos algunas reflexiones. ¡Qué pena que llegara la crisis y no tuviéramos tiempo para rematarlo con sensatez y sin prisas!

En noviembre del 2003, se compra la agencia 2826 actual y me encuentro sumergida en dichos cambios en San Fernando de Henares, siguiendo con mi “perdida de oremus”, de la cual ya he contado bastantes episodios para que se pueda comprobar. Como decía, siguiendo con mis locuras, me presento a Directora Regional zona Centro. Esta zona incluye toda la comunidad autónoma de Madrid, Castilla-La Mancha, Baleares y algunas provincias de Castilla-León. Sustituyo al anterior que era el franquiciado de Ávila. Es decir, si no quería una taza pues toma 2 tazas más, porque entonces me encontraba con la agencia 2801 San Sebastián de los Reyes (incluida la actual 2831 Alcobendas), la 2821 Tres Cantos  y la nueva 2826 San Fernando de Henares. De locura, y encima, me hago Directora Regional. ¿Perdí el oremus o no lo perdí? Que conste que utilizo esta expresión porque me hacen gracia los giros que produce. Porque, además, aunque estaba separada desde el año 1999, fue en el 2004 cuando separamos las sociedades definitivamente. Fueron unos meses complicados, ya se sabe, esto para ti, esto para mí, dividir el personal, etc., pero eso es otra historia que ya contaré. Tengo que añadir que el 2004 fue también el año que perdí a dos personas que trabajaban conmigo, a Jesús (el de la nariz rota en una gincana), que era mi comercial y al mismo tiempo mi excusado, y a David, un conductor. Por lo tanto, fue un año muy duro. En la convención de Sevilla de ventas, nos dieron una estatuilla por la trayectoria comercial de Jesús. Fue muy bonito.

En nuestro capítulo V de nuestro Reglamento Operativo, es decir, junto con el contrato, le podemos llamar nuestro Antiguo y Nuevo Testamento, vienen reflejadas las funciones del consejo, las personas que forman parte y el mínimo de reuniones.

Yo creo que pocas empresas de transporte, o cualquier otra empresa que esté basada en franquicias, tienen reglado un sistema como éste. Es tremendamente interesante y, por lo menos, hace que todas las voces sean oídas. Otra cosa es que sean escuchadas. Pero no es nuestra historia y paso a indicar lo que yo he vivido.

Como he comentado, pierdo la cabeza y me meto también a Directora Regional de la Zona Centro sustituyendo a mi compañero de Ávila. Normalmente, en el mes de noviembre-diciembre, se manda un comunicado para que la gente se presente a Director Regional. Si se presentan varios candidatos, se nos informa para que votemos. Gana el que más votos saque, sin más. El anterior a mí ganó por un solo voto. A mí no me hizo falta, no se presentó nadie más que yo. El segundo año, como no se presentó nadie, tuve que continuar otro año, pero al siguiente ya obligué que alguien se presentara y fue un compañero de Madrid y Baleares.

Sería muy bueno que todos se presentaran a este cargo. No hay mucha gente que se anime, pero tengo que decir que sería muy bueno para todos que lo hicieran. Aquí, podemos hablar de la zona de confort, porque hay algunos que dicen que mejor que lo hagan otros porque lo hacen mejor, hablan mejor, se explican mejor, etc., pero son tonterías (con mi respeto) porque todos los franquiciados somos capaces de hablar de nuestro negocio, ¿a que sí? Lo que pasa que muchas veces es más cómodo que los demás hablen por ti. Yo, con dos años, ya he cumplido. Esto es como con los hijos y el índice de natalidad. Ya está hecho.

Entonces, yo no tuve que hacerme propaganda de mi misma ni pedir el voto de nadie porque estaba sola en la candidatura.

La primera reunión del consejo se hizo con todos los directores regionales, tanto los salientes como los entrantes, y se hizo en Madrid. Estaba un poco de novata, y además, habiendo pocas mujeres, pero alguna había. Ese día, recuerdo a una directora regional saliente que se dirigió a mí y empezó la frase “con mucho cariño” y me indicó algo que presuntamente yo le estaba haciendo y no estaba de acuerdo. El Consejo lo escuchó, lo analizó y no le dio la razón. Hay que aclarar que tenemos un manual en el que se explican todos los temas, y yo soy de manual, no me salto un semáforo en rojo ni ámbar ni por equivocación. A partir de ese día, cuando querían decir algo sobre mí, empezaban con la frase “Carmen con mucho cariño….”. En ningún momento tengo que aclarar que se me quitara la razón de lo que yo hacía con cariño o sin cariño, es decir, yo no estaba equivocada.

También me gustaría aclarar que siempre he tenido complejo de “sorda”, es decir, que aun siendo joven (¿no pensemos otra cosa, eh?) no oigo muy bien cuando me susurran algo en el oído y mi tono de voz es fuerte, por lo que, he ido muchas veces al médico diciendo que soy sorda o casi, pero él se empeña en que soy normal y que oigo normal, pero yo sigo sin escuchar lo que me dicen en el oído. Esto viene que un compañero andaluz de esa época, al cual le adoro, me contó en las primeras reuniones algo suyo personal. Después de hacérselo repetir 3 veces y para que no pensara que estaba cerca de tener un retraso mental, hice como que le entendía. A la siguiente reunión le pregunté por lo que yo pensaba que me había contado y me miró a punto de llevarme a un manicomio. Había oído justo lo contrario. Dios, ¡que vergüenza! Mis primeras reuniones y empezaba “con mucho cariño” y entendiendo lo contrario de lo que me decían.

Cada mes, estábamos en una ciudad de España. Además, se invitaba a un delegado de la zona para que también asistiera a estas reuniones.

La primera reunión en la que ya estábamos los miembros del Consejo entrantes se hizo en Marbella, en el hotel Guadalpin, ¿os suena de algo? Corría el mes de abril. Alucinante, la habitación que me tocó era casi como toda mi casa, y algunas habitaciones tenían jacuzzi. Era febrero y no se podía utilizar porque estaba en la terraza aunque no hacía mal tiempo. Se empezó la reunión en un salón que daba a una terraza con una bonita brisa de mar, y comenzó lo bueno, el trabajo, el conocimiento de la situación, la realidad, las personas, ¡Madre del Amor Hermoso! No sabía si salir corriendo o seguir sentada en la silla, pero rápidamente me puse a tono y pim pam, se siguió el ritmo y se empezó a trabajar dando ideas, soluciones, etc. Lo que hiciera falta para el bienestar de la RED.

También fue la primera vez que en la cena nos siguió un camarero porque no habíamos pagado. Esto es fácil. Entre tantas personas, que pago yo que pagas tú, se levantaron los que tenían que pagar pero no lo hicieron, y cuando salimos, vimos a los camareros corriendo detrás de nosotros gritando que les pagáramos. Yo al ser de Madrid, y “no tener playa”, estaba absorta mirando el paseo marítimo, buscando una terracita para tomar algo con mis compañeros antes de acostarnos, mirando las estrellas, y de repente, alguien que me sujeta el brazo para que pagara. ¡Yo no tengo que pagar! Pero si lo tenía que hacer pues lo hacía porque hacerlo para nada es tontería, pero que quede claro que nadie me lo había dicho. Pero no era yo la que tenía que pagar, y al final, así se hizo.

Mi antecesor, compañero de Ávila, claro era hombre, por lo tanto, se repartían puros, y luego, se echaban una partida de mus, y yo, con mi llegada, les estropee todo. Aunque tengo que decir que, sé jugar al mus y creo que bastante bien, pero no tuvieron ninguna intención de jugar, y lo del puro, como que no tenía complejo de Sara Montiel, pues no pude compartir esos momentos masculinos tan especiales.

Cada mes, estábamos en alguna ciudad de nuestra hermosa geografía. No me daba tiempo a conocerlas, aunque sí los aeropuertos. Se llegaba con el tiempo justo para la reunión, nos encerrábamos en la sala del hotel, se terminaba el día y llegaba la noche, tiempo para una ducha y a cenar. Se terminaba de cenar y como mucho una copa y a la habitación. Al día siguiente, vuelta a empezar y reunidos hasta que salieran los aviones para los distintos destinos. Y nos faltaba siempre tiempo, no podíamos terminar con todo.

Si no recuerdo mal, en el aeropuerto, cuando estuvimos en Gijón, fue complicado. A la vuelta teníamos overbooking, y posiblemente, no tuviéramos plaza. De repente, tenía en mi mano la tarjeta de Iberia Plus, me la dio la recepcionista y anunció que las personas que tenían dicha tarjeta podían pasar, pero por los pelos. Tengo que decir que, un poco más y conozco Gijón. Me había sacado la tarjeta pero no sabía las ventajas que podía tener, y además, tampoco me gustaba utilizar ciertos “privilegios”. Yo en mi línea, aunque en este caso lo hice.

Aquí, voy a hacer un pequeño paréntesis sobre mi recorrido por la historia de mi etapa de dirección regional, porque al hablar de aeropuertos me acabo de acordar de otra experiencia que he tenido con los aviones.

Mis padres ya son mayores, y mi padre, en concreto, se quedó ciego hace años. Antes que estuviera totalmente ciego, le lleve a visitar a los familiares que tenemos lejos de Madrid. Francia y Tarrasa. En el caso de Tarrasa, lo que hice fue reservar plaza en primera, toda contenta yo, porque también iba a ser la primera vez que yo hacía un viaje de ese estilo. Ellos no lo sabían y quería darles una sorpresa. Resulta que empezamos con que nos cambiaron de puerta donde estábamos esperando, y además, en vez de llevarnos por la pasarela hasta la entrada del avión, nos metieron en un autobús hasta el avión. El problema fue que, en el mismo autobús, había todo un equipo de baloncesto. Y ahí nos veis, a tres enanos entre unos deportistas de élite, que además, eran muy graciosos, pero yo era incapaz de mirar hacia arriba sin troncharme la columna. Hay que tener en cuenta que mido poco más de metro y medio, aunque con los tacones disimulo un poco mejor. Inexplicablemente, el autobús se paró sin llegar todavía al avión ni tampoco abrir las puertas. Yo me sabía de memoria todos los botones que tenía el cinturón de la persona que tenía enfrente y creo que era el cinturón porque debía de estar más colorada que un tomate porque el autobús estaba lleno no, lo siguiente. Y nada, que eso no se ponía a andar para mi mayor vergüenza. Encima, tuve que explicar a unos mayores que estaba pasando sin siquiera yo saberlo. Pero los deportistas se pusieron a contar chistes, muy graciosos ellos, pero yo no sabía si al mover alguna parte de mi cara la cosa podía empeorar y bastante. Al final, nos pusimos en movimiento y subimos al avión por la parte de atrás. Entré a la primera clase, los del baloncesto se quedaron en turista. Tengo que decir que, no me acuerdo del nombre del equipo de baloncesto, pero lo que sí que me acuerdo es que la persona del cinturón era un famoso jugador de baloncesto casado con una famosa que tuvo un hijo y luego se separó, ¿os suena?

Ya tenía una anécdota que contar de este viaje, en cuanto se me pasara el rojo de la cara. Vi a las azafatas muy atentas y muy nerviosas. El avión no despegaba. Por delante entró gente que miraba, revisaba asientos y salía de nuevo. Las azafatas empezaron a hablar en clave: “ya llega, ya entra, ya pasa” y, ¡zas! De repente, delante de mí, por la puerta delantera del avión, vi unas grandes piernas, empezaron a subir la mirada y la cabeza. ¡Más altos no por favor! Y, me encontré con los ojos del Príncipe Felipe. Dios, si soy republicana y, de todas maneras, me pongo nerviosa. ¡Qué alto es! Seguía sentada, cualquiera se levantaba, y además, que guapo es. Por aquella época, era cuando se decía que estaba con Eva Sannum y en los periódicos salían fotos de ellos en una boda, aunque no me acuerdo muy bien. Se puso atrás de todo. Yo intentado explicar a mis padres que estaban viendo bien y que teníamos un compañero de viaje especial. Llegamos a Barcelona y yo cogí a mis padres para dejar que el Príncipe pasara delante, él me dijo que no, que esperaba detrás. Al parar el avión, ambos sacamos de nuestros bolsillos los móviles, eran los mismos, ¡qué genial! Seguía nerviosa y me decía: pero si eres republicana, pero imponía. La verdad es que, sin querer, ese día, di una buena sorpresa a mis padres. Otro día, vi a la Reina, pero ya es otra historia.

Siguiendo con nuestras reuniones de Directores Regionales, tengo que decir que la mayoría las hacíamos en Madrid y en Barcelona. En noviembre, fue en Lisboa junto con la convención Nacional, yo no asistí a dicha convención, porque como he contado al principio, en julio, se produjo la separación de sociedades y como el título de transporte lo ponía mi ex, tuve que examinarme en noviembre de la OT. Aprobé y me dieron la noticia en diciembre. Me hizo muy feliz.

En 2005, empezamos en enero en Sevilla junto con la convención de comerciales. Tengo que decir que si las reuniones eran largas, cuando además coincidían con las convenciones, se hacían más pesadas todavía.

En junio, estuvimos en Hondarrubia, donde tengo que decir que se come muy bien, y en julio, en Sitges, ciudad muy bonita. Fue también un consejo interesante. Además, recibimos la visita de Miguel de Logista, el que en otra entrada del blog había venido a visitar mi delegación porque quería comprar una franquicia y terminó comprando toda la red. ¿Os acordáis?

Y en noviembre, otra vez de convención, ésta vez en Port Aventura. Tengo que decir que yo soy miedosa por naturaleza y en estos sitios sólo subo a los caballitos y con mucho cuidado.

En todos los sitios donde estábamos, nos llevaban a cenar a unos restaurantes donde podíamos degustar buena comida, salvo cuando veníamos a Madrid. Un día lo comenté, dije que en Madrid también había buenos restaurantes. Entonces, una vez eligieron un restaurante que es el que van los jugadores del Real Madrid, y claro, fue un fracaso ¿Cómo se les ocurre llevar a este sitio a unos forofos del Barça? No les gustaba nada, ni la comida, y mira que en Madrid, tenemos buenos restaurantes y éste es uno de los mejores. A mí me encantó y cené muy bien.

También  quiero añadir que, las cenas eran las que hacíamos en los restaurantes, porque las comidas las hacíamos en el hotel o bien nos la traían en las plataformas de Madrid y Barcelona.

Pero, aparte de este repaso que he hecho de las ciudades que visitamos en esos 2 años, tengo que decir que, trabajábamos mucho y no daba tiempo a terminar todos los temas, por lo tanto, se seguía con multi-conferencias o video conferencias. Es un trabajo muy interesante.

Durante estos años, aprendí mucho más del transporte, de las personas, de la empresa, de todo. Aunque es duro, un compañero me dijo una vez que yo “vivía en los mundos de Yupi”. Es verdad, prefiero no ver ni vivir ciertas cosas, pero aun así, se consiguieron aportar muchas cosas porque el consejo está vivo y, día a día, año tras año, se aporta lo bueno que todos tenemos en esta santa casa.

¿Qué os parece esta democracia que tenemos en Nacex?

A mí me enamora, me ilusiona, me apasiona, me hace crecer, me admira, me encanta ver como no estoy sola, que puedo salir de mi zona confort apoyada por un gran grupo de empresarios y emprendedores, con el mismo fin por alcanzar, y siguiendo con “mis mundos”. Como diría Vicky el vikingo, dando un salto lateral con las piernas: “estoy entusiasmado”.

Carmen Ruiz Atienza