Bienvenida
Tengo que decir que me cuesta ponerme a escribir en el blog, pero una vez que me pongo no hay quién me pare y me han regañado, sniff. Prometo hacer las entradas más cortas, aunque quién me conocen y leen mis correos se dan cuenta que doy todo tipo de explicaciones, quizás porque tuve un buen profesor de Literatura en su momento y recuerdo cuando decía que “no hay oyente que no te entienda sino hablante que no se hace entender”. Siempre nos repetía que había que adaptarse a la persona que te estaba escuchando o leyendo. El problema es que en persona es fácil saberlo pero en un blog es muy complicado saberlo. Pero juro enmendarme a fin de no resltar cansina.
Hoy quiero dedicar esta entrada de mi blog a una compañera Nacex de Barcelona. Seguro que os preguntaréis ¿por qué en concreto a una sola? Porque acaba de comenzar el camino de la web, las redes sociales y se ha convertido en una mujer 2.0. Y lo hago porque durante este largo periodo de más de un año, en el cual yo comencé también con este reto, me he sentido sola, muy sola e incomprendida tanto en el entorno laboral como en el personal.
Yo empecé esta experiencia como mucha ilusión, estaba convencida (y aún lo estoy) de que el futuro de las empresas pasa por todo el entorno 2.0. Llevaba años pensando en hacerlo y también sopesando las dificultades con las que iba a enfrentarme.
Con una gran alegría empezamos el proyecto, apoyada en las ideas de mi hija. Ya cuando ella estaba en la universidad, empezó a informarme de la importancia de las redes sociales y al final consiguió animarme lo suficiente para tirarme a la piscina.
Todo era felicidad y proyectos, hasta que de la noche a la mañana, los naipes se cayeron uno por uno, como un gran jarro de agua fría. Todo lo bueno que se estaba realizando, se había convertido en oscurantismo, maldad, desconfianza, miedos, conjuras. Y yo sin saber por dónde venían y hablando otros por mí. Y así, poco a poco, la alegría del principio se fue esfumando con el paso de los meses, dando lugar a una desazón que parecía estar tardando demasiado en marcharse. Hemos tenido que hacer frente a muchas cosas e incluso aguantar las risas irónicas de compañeros que piensan que no es una nueva manera de vender y de darse a conocer. También he vivido mentiras contadas, burlas y sobre todo malos pensamientos. Pero tengo que decir, que ahora, pasado el tiempo, a lo mejor, quién más se reía era yo y que no considero que un buen empresario no sea investigar todas las rutas posibles para mantener y/o crecer durante esta crisis tan larga. Prefiero haber salido de mi zona de confort y, si me he equivocado, afrontarlo. Lo prefiero a haberme quedado en un estado de inactividad donde lo único que importa es el cuchicheo para conseguir la palmadita del gran jefe indio waki waki.
Durante este tiempo me he podido apoyar en compañeros que han apostado también en el Facebook, twitter e incluso algunos se han gastado el dinero en crear una web. Porque, señores, lo que estamos haciendo es dar publicidad a una gran marca, además de utilizar estas nuevas plataformas para dar a conocer nuestra empresa, trabajo, personal, etc. Y si el día de mañana hay que dejar las actuales plataformas y utilizar otras, no tendré la menor duda de hacerlo.
Es gracioso ver como hay empresarios a los que no les importa gastarse un dinero en flyer en papel para la publicidad y ve algo raro hacerlo en las redes sociales. No nos olvidemos en una máxima: “Piensa en grande, actúa en local”; eso es lo que hacemos, además de utilizar nuestras ideas y gustos.
Ya tengo otra compañera, yupi
Pero ahora, desde hace unos días, me siento más acompañada. Ha nacido una nueva web que está también en las redes sociales, cuya capitana siempre me ha parecido una mujer valiente.
En todo este tiempo he desarrollado una parte de mi cerebro que no estaba segura que existía y es la creatividad, y ahora seguro que con mi nueva compañera, la creatividad será mucho mayor. Aunque tengo que reconocer que con mis compañeros en Facebook me han hecho ver a la empresa desde otro punto de vista que también me ha hecho crecer. Porque tengo que decir que una de las cosas que he conseguido siendo una mujer 2.0 es un gran crecimiento personal y empresarial. Me siento muy contenta cuando veo que mis clientes nos ven, que compañeros de trabajo también están pendientes de nuestra forma de darnos a conocer, aunque algunos no quieran escribir nada para apoyarnos porque todavía quedan rescoldos de pequeños miedos. Y sólo añadir que también ha servido para conocer más a mis trabajadores tanto para lo positivo como para lo negativo.
Como ya he comentado me encanta lo que aprendí en un curso de inteligencia emocional y comprobar, de vez en cuando, no solo como nos vemos nosotros mismos sino como nos ven los demás.
Ahora, en estos momentos, me siento más acompañada en este difícil recorrido que comenzamos hace un tiempo, que ha habido momentos que se ha hecho muy pesado, con muchas luchas e intentando animar al personal, pero es difícil sacar a las personas del confort.
Y por último animo a mis compañeros a que se lancen a la piscina. Las alegrías que se tienen siempre compensan las amarguras vividas. Todo lo que se hace es en positivo, nunca con el fin de hacer mal a nadie. Hay que estar orgullosos de dónde estamos y de cómo hemos llegado.
Por eso, gracias a todos mis valientes compañeros que piensan que todas las herramientas actuales y futuras son buenas para crecer y espero que esta gran familia sea cada día más grande, alta de miras, con visión a largo plazo y sin miedo al futuro.
En estos momentos es cuando mi sangre es más naranja que nunca.