La tarjeta para ser Operador del Transporte

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Examen

Tengo que decir que me apasiona mi trabajo y lo exigentes que somos en Nacex. Cuadra perfectamente con mi carácter y mi forma de trabajar, no solo ahora que trabajo como empresaria o emprendedora, sino también antes cuando trabajaba por cuenta ajena, e incluso cuando estaba en la empresa pública.

Soy una persona metódica en el trabajo, obediente, me encanta la creatividad, no me asustan los riesgos y siempre estoy dispuesta a ayudar a mis compañeros. Esto también lo tiene mi personal, es lógico, si no cuadran conmigo no trabajarían aquí. Pero lo más increíble es que todos mis compañeros Nacex y su personal son iguales o muy cercanos. Es verdad que la dichosa crisis nos ha hecho que nos cansemos, pero a día de hoy estamos fuertes y somos los mejores. No soy arrogante. Hay muchas empresas de transporte, hoy en día, que se dedican a dar un precio super barato a los clientes, pero es lógico, no pueden ofrecer calidad ni tampoco la alta tecnología que nosotros disponemos, aunque lo intentan, pero no pueden llegar.

El precio de un servicio es directamente proporcional a la calidad. A nadie se le ocurre ir a una tienda Armani y pedir que un traje le cueste 50€. Para eso están las tiendas de los chinos. Lo que ocurre en estos casos es que si el traje se rompe a las 2 lavados o no se puede llevar al tinte, uno se resigna y dice “que se puede esperar por lo que me ha costado”. En cambio, quien compra un traje en Armani y ve una raya del traje un poquito torcida, monta una bronca (directamente proporcional a su nivel adquisitivo), que hará que los pobres dependientes se pongan de rodillas en cuestión de segundos. Es lógico, he pagado mucho dinero para tener este defecto.

Lo mismo nos pasa a nosotros, se nos quiere comparar en precios con otras empresas de transporte Courier pero no quieren su calidad sino que quieren la nuestra, pero esto cuesta dinero. Depende de los salarios que se paguen a los empleados, de las instalaciones, de las tecnologías, de todos los impuestos pagados correctamente, etc. Hay algunos que a lo mejor no cumplen con todas las exigencias legales y pueden compensarlo con el precio.

Todas las oficinas de transporte urgente tienen que ser Operadores de Transporte, lo que nosotros llamamos con un poco de guasa OT (operación triunfo). Esto es preceptivo, no puede haber una empresa de este tipo sin que lo tenga y yo conozco algunos que no lo tienen y están dando servicio.

Me acuerdo cuando yo me saqué mi OT. Como he contado en varias ocasiones, empecé a trabajar con mi marido (ahora ex marido). Al ser una empresa familiar, y teniendo en cuenta que el transporte era un tema de hombres, cuando se hicieron unos cursos para la obtención de dicha tarjeta de transporte, la realizó el hombre de la empresa, osease mi ex. Yo no lo hice, lo cual, posteriormente me arrepentí mucho no, muchísimo.

En el 2004 separamos las sociedades, exactamente en julio. En ese momento, fui consciente de que yo tenía que empezar a sacarme la autorización. Las convocatorias son en mayo y en noviembre, por lo tanto, estaba claro, me tenía que presentar en noviembre. En septiembre busqué una academia para empezar a estudiar, sabía que era muy difícil que aprobara en noviembre pero tenía que intentarlo. Asistía a clase los viernes por la tarde después del trabajo y los sábados por la mañana, hasta la hora de comer. La Academia estaba en el centro de Madrid y era difícil de aparcar, por lo tanto, tuve que utilizar el transporte público. Recuerdo que era muy pesado, puesto que además de que como quién dice se acababa producir cambios en la empresa, el trabajo era fuerte, el personal me miraba como si dudaban que pudiera con todo, aunque antes ya lo hacía, problemas personales por la ruptura, etc., etc., después de tanta tensión me tenía que ir a estudiar y se me hacía muy pesado. Las clases se hacían muy pesadas, porque se nos hacía de noche, se venía con cansancio y al día siguiente a madrugar para seguir estudiando. Tenía de compañeros a mucha gente joven, que se sabían las lecciones como el padre nuestro de cada día, que solo se dedicaban a estudiar y cuando estábamos en el pasillo hacía que me acomplejara un poco más. Dentro de la clase cuando las profesoras hacían unas preguntas, ellos rápidamente contestaban, se sabían todo, pero todo todo. Al final las profesoras pidieron que dejaran que el resto de los humanos y de una edad más avanzada tuviéramos una oportunidad para contestar y que si no lo sabíamos que entonces contestara ellos.

La mayoría de las personas eran muy jóvenes, entre 18 y 20 años. Luego estaban unos compañeros más cercanos a mí en edad. Además, tengo que decir que hoy en día con estas personas sigo manteniendo una muy buena amistad junto con las profesoras.

Lógicamente, poco a poco, nos íbamos sentando juntos los que teníamos más o menos el mismo perfil de edad. Yo estaba sentada con otras dos chicas y recuerdo que una de ellas había terminado la carrera de Económicas o de Administración de Empresas y todo el tiempo decía que entendía todo porque es lo que daba en la carrera. Delante de mí, se sentaba un matrimonio, él era camionero y ella su mujer. Se tenían que sacar la tarjeta urgentemente y tenían mucha presión. Se enfadaban mucho porque decían que para llevar un camión por qué tenían que aprender tanta contabilidad y además les costaba mucho. En cambio, en el momento que estudiamos el tacógrafo, él era un alumno aventajado y además nos enseñó algunos ejemplos. Yo tampoco entendía por qué teníamos que estudiar el transporte marítimo si al final yo me iba a dedicar al transporte terrestre, pero al final, aprendí todos los temas que vienen para conseguir aprobar.

Como entre semana no podía estudiar nada por el trabajo, el viernes por la tarde y el sábado lo dedicaba a ir a la Academia, intentaba estudiar y hacer los test el domingo. Pero mi hija llegaba y cuando más entretenida estaba me pedía que le ayudara con algo de lo suyo y al final poco podía hacer.

Además, yo hacía tiempo que no estudiaba, lo último era cuando me preparé la oposición para entrar en la Comunidad de Madrid y ya había llovido bastante, por lo tanto, mis neuronas no estaban preparadas para largas horas de estudio que además también ocupaban un espacio que otras neuronas utilizaban para preocuparme con temas del trabajo, total, una pelea de neuronas que hacían que pasaran los días y no me rendían lo suficiente. Porque además no era sólo estudiar, había que hacer test y supuestos.

Pues desde mediados de septiembre (creo) hasta noviembre, estuve intentando hacer todo lo posible. Tengo que decir que yo soy mucho de memorizar lo que oigo, por lo tanto, me cundía mucho las clases de mis profesoras.

Me acuerdo de una de ellas que hilando con el tema de que los jóvenes se sabían todo, cuando explicaban las lecciones y ya no quedaba mucho para el día del examen, por lo visto, me miraba a mí y si yo ponía cara de haberlo entendido, ella seguía con la siguiente lección. El tiempo corría demasiado deprisa y el temario era muy grande. El pobre que no lo entendiera tenía tiempo para estudiarlo en su casa, pero ellas no podían adaptarse a todos.

Esto da fe que mi cara es el fiel reflejo de lo que pienso, porque una persona que me conoce de poco tiempo, rápidamente reconoce en mis ojos o en mi cara que todo va bien o que no va nada bien.

Me parece que ya he dicho en otras ocasiones que cuando me enfado o estoy triste, los ojos se me vuelven muy oscuros, verde oscuro y cuando estoy contenta y relajada el color parece que es azul clarito.

Ese año no pude ir a la convención de Nacex que se hizo en Portugal porque coincidía el mismo día con el examen para Operador Logístico.

Y llegó el día, ya no había marcha atrás, llegó el momento del examen y que fuera lo que Dios quisiera.

Primero era un test de preguntas, si te equivocabas contaban en negativo y si suspendes ya no te corrigen los supuestos, por lo tanto, tuve que contestar con total seguridad a las que me sabía. Durante todas las clases hubo unos temas que los pasamos por alto porque nunca salían, pues ya os imagináis lo que voy a decir. La primera vez que entraron en el examen fue ese famoso Noviembre del 2004, es decir, mi examen. Yo era del segundo turno porque se presentaban mucha cantidad de gente , y los del turno anterior  salieron diciendo que había sido facilísimo. Nosotros no lo vimos así, pero hice el examen, test y supuestos y me sobró tiempo. Salí y al poco tiempo salió también una de mis compañeras de asiento. Nos pusimos a repasar y empezamos a dar saltos de alegría, habíamos contestado igual no solo en los test sino en los supuestos. Las dos estábamos seguras y seguimos brincando. La verdad es que era un poco ridículo, ¿verdad? Imaginaros dos personas muy adultas -aunque la otra era mucho más joven que yo- dando saltos y agarradas de las manos como si fuéramos niñas pequeñas jugando al corro de la patata. Pero yo ya me veía aprobada. Incluso pensé, puedo llegar todavía a la convención y celebrarlo con mis compañeros. Empezaron a salir el resto de los examinados, y comenzaron a hablar, habían contestado totalmente diferente que nosotras. La sonrisa de las dos se congeló, el sudor empezó a correr por nuestros cuerpos, y las dudas surgieron. Se nos había ido la oportunidad de haber aprobado. La mujer del camionero salió feliz y contenta, “he contestado a todo”. ¿A todo? Era imposible totalmente. ¿Se lo sabía todo?.

Recibí una llamada desde la convención para que preguntarme por el examen y que me animara a llegar hasta allí, yo ya me había desinflado y solo quería llegar a mi casa y ponerme a llorar o a patalear por haber perdido la oportunidad de aprobar.

Bueno, que le vamos a hacer, guardo mis apuntes para presentarme el año que viene en mayo.

Llegó diciembre y pasado mediados de diciembre (no me acuerdo si fue el 22 o el 25), recibo una llamada de mi profesora diciendo que estaba aprobada. ¿QUÉ? No se sabía el nombre ni los apellidos de todo el mundo, pero se acordaba perfectamente del mío y había buscado en las listas. Grité porque me acaba de quitar un gran peso de encima, además ya no hacía falta volver a estudiar los dichosos temas. Aunque tengo que decir que otras cosas que me enseñaron me ha servido mucho en mi trabajo, e incluso, al día de hoy, todavía repaso en los apuntes algunas cosillas, aunque otras han cambiado incluso la contabilidad.

Mi personal me miraba, y como todos sabían a lo que me había presentado, por supuesto que se alegraron de que se hubiera conseguido. Y además bien orgullosa, lo había conseguido a la primera.

A partir de ese momento, a presentar papeles para que me dieran el título y la tarjeta de transporte como operador logístico. Y hasta ahora que creo que ha cambiado, cada 2 años hay que volver a presentar todos los papeles y renovarla.

También tengo que añadir que dependiendo del ente que preguntes te da información diferente pero si además añadimos que cada comunidad autónoma también lo puede cambiar, hace que algunas veces no se sepa si es necesario o no, o si hace falta mandar más papeles o no. Pero bueno, yo desde el año 2004 voy presentando los papeles y todo lo tengo en mi poder. Ya veremos los cambios para el próximo año.

Tengo que decir que mi hija se ha presentado también ahora y también lo ha aprobado a la primera. De tal palo, tal astilla, je, je.

Por lo tanto, se ha conseguido con esfuerzo personal y económico, y me da mucha rabia cuando veo algunas empresas que no lo tienen.

Además todas las empresas de transporte debemos de estar de alta en el registro de la Ley Postal y pagar unas tasas anualmente y también tengo conocimiento que hay otras agencias que no lo tienen.

Pues todo esto hace que la empresa barata pueda repercutir el día de mañana los errores en los propios clientes, puesto que muchos clientes no saben que trabajar con una empresa de transporte que no tienen la tarjeta de Operador Logístico, se produce una multa directa al cliente y no vale decir que no sabía que pasaba esto, es como el Ibi, que aunque no te llegue la notificación escrita el pagador sabe que lo tiene que pagar sin contemplaciones, pues en estos casos es lo mismo.

Cuando los clientes me piden que les saque el certificado de estar al corriente de pago en hacienda y en la seguridad social y no me piden o ni me preguntan si estoy autorizada correctamente para tener una agencia de transporte, pienso que hay un gran desconocimiento de éste tema y sus posibles consecuencias, porque como dicen mis comerciales con el hashtag #lobaratosalecaro es una verdad como un templo.

Carmen Ruiz Atienza

La famosa Gripe Aviar

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Bacteria

En estos días de otoño estamos oyendo que hay que vacunarse de la gripe sobre todo las personas de riesgo, mayores, enfermos crónicos y/o niños. Cada vez que lo oigo me recuerda mi etapa de funcionaria en la Comunidad de Madrid, exactamente en la Consejería de Salud, en el Centro de Salud Pública, que entre muchos temas cuando llegaba esta época la epidemióloga pedía las vacunas correspondientes para la zona en que estábamos, casualmente la misma zona que ahora llevo en Nacex con una delegación, la 2801, es decir, la zona norte (carretera de Burgos). Los Centros de Salud Pública estaban formados por veterinarios, farmacéuticas, médicos y una epidemióloga, en otra entrada recordaré todo lo que se hacía y como me influyo en mi vida, además es interesante comprobar como trabajaban estos especialistas. Pues en esos recuerdos me ha venido cuando sólo una vez yo me vacuné. Tengo que decir que lo pasé fatal, porque era el principio de una gripe pero que nunca rompía a peor, por lo tanto, fueron unos días muy duros. La verdad es que no volví a vacunarme, eso sí, intento tomar vitaminas y naranjas para no constipare mucho, y tengo suerte, porque me constipo muy pocas veces, aunque la peor gripe que suelo coger es en verano.

Pero en realidad lo que me ha venido a la cabeza es el famoso año que nos metieron el miedo en el cuerpo con la Gripe Aviar.

Incluso la Organización Mundial de la Salud la clasificó con el nivel de alerta 6, esto significa “pandemia en curso”. En España llegó sobre el 2006, pero en otros países ya había aparecido anteriormente. A partir de entonces, fuimos bombardeados a noticias de enfermos, de muertos, de cómo lavarnos las manos, de cómo actuar en todo momento y de la posible contaminación de los pollos, gansos, etc, todo animal de granja y que tenía alas.

En esos momentos la histeria se desató en todos los sentidos:

  • Había clientes que nos pedían un plan para saber cómo actuaría Nacex ante esta pandemia. Teníamos información de cómo nos podíamos contagiar: “Se transmite de persona a persona, principalmente por el aire, en las gotitas de   saliva y secreciones nasales que se expulsan al toser, al hablar o al estornudar, así como por contacto con superficies contaminadas.”

Se suponía que, según los malos augurios, íbamos a caer todos uno detrás de otros por la facilidad del contagio. Me acuerdo que hubo que hacer una lista de personas de la empresa según el orden de que cayeran enfermos, por ejemplo, si  Carlos se ponía enfermo, estaba Josito, si éste enfermaba estaba Ángel, si este también enfermaba sería fulano, etc., y así sucesivamente, hasta que al final no quedábamos nadie sin enfermar. Pero como nosotros estábamos preparados para     mandar información desde casa, sólo hacía falta que los paquetes llegaran hasta las plataformas, por lo tanto, ya hablábamos de más personal todavía que podía hacer el trabajo porque el resto estaba sano.

Incluso la Central de Nacex, ante todas las peticiones de los clientes y de nosotros mismos, creó un Plan de Actuación contra la Gripe A. En él, se nos daba información de las actuaciones a seguir en el caso de que la agencia estuviera infectada: cambio de ubicación, los clasificadores de las plataformas, etc., es decir, todo aquello que nos tenía que tranquilizar ante las alarmantes noticias de la pandemia.

También nos dieron unas pautas para la higiene personal:

  • Lávate a menudo las manos con agua y jabón;
  • Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca;
  • Cúbrete la boca y la nariz al toser y estornudar (pañuelo desechable) y seguidamente lávate las manos y de vez en cuando desinféctalas con solución alcohólica.

Y esto supuso el negocio para las empresas de jabones especiales que no necesitaba agua y desinfectaban. Yo compré tal cantidad que hoy en día seguimos teniendo jabón, porque ya utilizamos del normal. Se compraron garrafas enteras, se tenía sobre la mesa y cada dos por tres, uno se limpiaba las manos.

Para taparnos la boca y nariz, otro negocio fueron las mascarillas. Llegó un momento que no había existencias de mascarillas normales, ya las comprabas especiales.

Los pañuelos desechables hicieron el agosto. Otros que también hicieron el agosto fueron algunos laboratorios por el tema de las vacunas, no sé si ponerlo en plural o en singular, pero que se hizo caja lo tengo claro. Ante tal alarma, las naciones se pusieron a comprar vacunas como locos, saltaba la alerta de que no había suficientes vacunas, que si España había llegado tarde y no había para todos, etc., etc. La verdad es que no se gastó casi ninguna y no sé qué es lo que hizo el Estado con la cantidad de vacunas que compró en su momento.

También nos dieron medidas de higiene en el ambiente:

  • Ventilar frecuentemente los locales, salas y despachos;
  • Evita tocar con las manos superficies potencialmente contaminadas: interruptor de la luz, manillas, barandilla de escaleras, etc. Se deberán limpiar estas superficies con una solución alcohólica;
  • Utilizar pañuelos de papel desechables y tirarlos a una papelera con tapa;
  • Todas las papeleras estarán con bolsas de basura. Antes de abandonar el centro de trabajo, déjala bien cerrada.

Pues más negocios a la vista, desinfectantes, basuras, basureros, etc., Luego nos pusieron medidas de Distancia Social:

  •  Mantén una distancia mínima de un metro al trabajar directamente con otras personas;
  • Evita las reuniones, utiliza en su lugar el teléfono, videoconferencia o el correo electrónico. Si son imprescindibles limita al máximo su duración;
  • Evita los saludos con apretones de manos, abrazos, besos, etc.;
  • Evita lugares concurridos (supermercados, restaurantes, conciertos, etc.

Lo que hizo que la gente no saliera a la calle sin tener miedo, muchos no dejaban ni que se les besara ni un simple apretón de manos. Fijaros que llegaron a decir o escribir que se evitaran restaurantes, conciertos, etc., y esto lo que suponía para los españoles, pues muchos lo cumplieron, por lo tanto, lo que algunos estaban haciendo negocio con la gripe aviar a otros les estaba perjudicando muy gravemente. Y mientras teníamos el miedo en el cuerpo, la gripe no crecía como lo que habían dicho, pero no tiraban la toalla y seguían insistiendo, era una Pandemia.

Pero lo peor de todo para nosotros es que, en Algete está el Laboratorio que analizaba todas las aves que pudieran tener una ligera duda de que su muerte hubiera podido producirse por la gripe Aviar. Desde Abril del 2005, analizaron aproximadamente unas 489 muestras dudosas, pero que salieron victoriosas y no había problemas. Para el transporte de dichas aves hay un protocolo especial y unos embalajes definidos. Hasta el momento que llegó la histeria colectiva, nosotros habíamos ido entregando paquetes a dicho laboratorio sin ningún problema, no sabíamos lo que transportábamos por lo tanto, dentro de la ignorancia estábamos felices. Incluso en febrero del 2006, el gobierno negó que hubiera llegado a este laboratorio un caso urgente de gripe aviar procedente de Navarra. Nosotros seguíamos las noticias de la evolución de la gripe, pero lo que no nos podíamos imaginar es que se transportara los animales a través de las empresas de transporte, porque tengo que decir, que no solamente éramos nosotros, llegaban de todas las partes y con todos los transportistas. El problema vino un día que el paquete no estaba correctamente embalado. Aunque se supone que había un protocolo de cómo actuar a la hora de transportar éste tipo de “contaminantes” desde la empresa de origen, los nervios y la incertidumbre (pienso yo), hizo que muchos mandaran las aves sin estar correctamente embaladas, y eso supuso que en un momento dado se viera el paquete abierto y la cabeza y el cuello de algo que pudiera ser un pato. La alarma asaltó rápidamente a la oficina, ¿quién lo tocaba? ¿qué se hacía? ¿esto llevamos al laboratorio?. Supongo que la gente que tiene que embalar correctamente estas sustancias no tienen en cuenta la cadena humana que puede estar perjudicada. Yo en ese momento pensé que había que poner todo en cuarentena (estoy exagerando un poco). Pero lo malo fue cuando otro día llegamos al laboratorio con nuestra PDA en una mano y una caja en la otra y nos reciben en el Laboratorio con los trajes que se ve en las películas americanas cuando existe posible contaminación de alguna enfermedad. Todo de blanco, con escafandra, pies blancos, manos blancas, etc., todo un traje de arriba abajo hermético. Y nosotros de calle. Desde detrás de la escafandra, mi conductor pudo adivinar algunas palabras que nos decía que tuviéramos más cuidado a la hora de tocar las cajas. Vuelta a la alerta, dimos negocio a más empresas porque ya también compramos guantes de látex (aunque había gente que era alérgico al látex también) para que no hubiera problemas.

Al final no existió la pandemia, ningún animal de granja o libre se encontró con gripe aviar, hubo muertos, pero no la cantidad tan enorme que se dijo al principio, algunos negocios se enriquecieron y algunas personas y otros pobres pasaron sus peores momentos.

Y nosotros, salimos como siempre, vencedores de todos los retos que el día a día nos presenta éste maravilloso trabajo.

Carmen Ruiz Atienza

Un poco de indignación mezclado con injusticia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Oficina

Hoy me encuentro un poco indignada, en realidad bastante indignada. Como ya he contado, a lo largo de mi vida he vivido momentos de rebeldía, de lucha contra las normas, sobre todo cuando dichas normas son obligatorias y sin dar ninguna explicación. Las injusticias siempre me han sacado de mis casillas.  Ha habido momentos de ir contra corriente por defender unas ideas o pensamientos. Según han pasado los años, en vez de ir relajándome, muy al contrario, ha habido momentos de acrecentarse, aunque me he encontrado con grandes paredes. Pero sigo luchando contra las injusticias y me sigue enervando que no haya medios para quejarse o negarse, o que no haya nadie que te haga caso o que te solucione un problema. Durante las entradas del blog, he contado situaciones que provocan mis indignaciones y seguiré contando muchas más con total seguridad, pero hoy contaré una que me ha pasado estos días y que creo que es la gran demostración de hasta donde llega la locura de ciertas cosas, y así se comprenderá muy bien mi indignación.

Las empresas normalmente públicas, nos piden hacer un montón de estadísticas y nos piden información que tenemos que dar sí o sí. Yo no sé si les toca a todas, lo que yo sí tengo claro es que a mí me han tocado varias, y además con la coletilla de que si no participo en las estadísticas pueden ponerme una multa de entré 3005.07€ hasta 30.050,61€. Fijaros en el detalle de las decenas y los céntimos, no solo no se conforman con poner una multa de mucho dinero, sino que además ponen la puntilla en las decenas y los céntimos. ¿No os parece irónico?

Hasta ahora, hacíamos unas 3 estadísticas para diferentes entes públicos cada año. Y que digo yo, ¿no podrían relacionarse entre ellos y pasarse los datos? Así, nos ahorraríamos todos trabajo. Estamos en el siglo XXI, nos ponen la firma digital para que podamos ahorrar trabajo a la administración y en cambio no hacen unión de datos para no estar repitiendo lo mismo una y otra vez. Bueno, pues estas estadísticas hasta ahora eran una vez al año, costaba un poco porque mínimo hacemos tres, pero era pasable. Lo malo viene cuando recibo una carta de una de ellas comunicándome que necesitan unos datos del mes de septiembre, también con la coletilla de que si no contesto, la multa que tendría que pagar. La carta la recibo cuando estoy haciendo el cierre del IVA, y compruebo que me ponen fecha máxima para la entrega de la cuenta el día 7 del mes siguiente al que me piden. Entiendo que el día 7 de octubre, es decir, la fecha que más o menos me lo mandan. No doy crédito.

Se lo paso a la gestoría. Yo pensaba que había salido ese mes a voleo y mi empresa por lotería. Mi gestora me informa que cree que me lo van a pedir todos los meses y durante cuatro años. No doy crédito a lo que me está diciendo. A los pocos días, recibo la llamada del ente en cuestión, una mujer muy amable que con el tiempo llegaremos a ser íntimas, me comunica lo mismo. Sigo anonada y asombrada, pero con mucho cuidado le pregunto si me puedo quejar a alguien, me dice que no, me recuerda entre risillas la multa. Insisto: “esto es injusto,  no puedo estar pendiente del correo mensual y dar unos datos mensualmente. Hacienda lo hace trimestralmente, no es posible. ¿Y cuándo me vaya de vacaciones también?”. Es lo que toca, me dice. Además tengo que darme con un canuto en los dientes, porque para las grandes empresas son todos los meses de todos los años. “Sí, pero ellos son grandes, no soy yo. Además, ya hago la anual”. “Sí, pero te ha tocado” “Pero, ¿por qué?” “Porque quedan pocas empresas y menos van a quedar”. Tenemos que dedicarnos a nuestra empresa y no de estar pendientes de encuestas”

Al final, no hay ningún sitio para quejarse, lo tengo que hacer sí o sí, y no tengo defensa posible. ¿No os parece o injusto?

Esto me ha recordado otra injusticia, que hasta hace poco, era obligatoria también. Se trata del pago a las cámaras de comercio. Teníamos que pagar el IAE y el impuesto de sociedades a ellos sí o sí (aparte de a los Ayuntamientos y el Estado). Todos los años tocaba pagar y ¿para qué? Pues no lo sé, porque digo yo: si quieren socios, que lo paguen los socios, pero no por obligatoriedad porque a día de hoy no sé qué beneficios tenía porque pagaba. Una vez, entré para ver si podía conseguir algo y encima me decía que tenía que pagar también. ¡Pero si ya estaba pagando! Es alucinante.

Igual que, nos recortan de todos los sitios en los presupuestos, pero siguen dando dinero a otros que deberían pagarlo sus socios. Ya sabéis de que y quienes hablo, ¿verdad? Pues que se lo den a la investigación, a las personas que necesitan ayuda, o a los hospitales y que se lo quiten a todos estos entes, que luego encima son los que están todo el tiempo en los telediarios con temas judiciales.

¿Es injusto o no es injusto? Para mi es enervantes ¡Tengo una impotencia por no poder solucionar estos temas!

Carmen Ruiz Atienza

¿Por qué el nombre de Liberación 2000?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Liberación 2000

Muchas personas me han preguntado el porqué del nombre que tiene la empresa y otros muchos creen saber a qué es debido. Pero, la verdad es mucha más sencilla de lo que se piensa.

Cuando empezamos en Nacex, no se empezó con una sociedad S.L., se puso a nombre de una persona física, exactamente a nombre de mi marido en aquellos momentos, que hoy en día, es el padre de mi hija y compañero Nacex. En otro momento, hablaré de cómo se puede tener una separación matrimonial y seguir trabajando juntos por una empresa. Veréis que es una historia muy divertida y sobre todo original.

Pero llegado un momento, era conveniente crear una sociedad limitada. Conveniente o justo, porque ya se podría declarar a todos los socios que estaban trabajando para levantar la empresa y, se tenía que reconocer el trabajo mío concretamente. Porque la tercera socia era mi hija, que la pobre sufría las ausencias de sus progenitores o nos acompañaba en la nave para que estuviera con nosotros.

Como todo el mundo sabe, para crear una sociedad limitada, aparte de tener un dinero hay que buscar un nombre y aquí es cuando empieza el dolor de cabeza. ¿Qué nombre ponemos? Se hacen pruebas con trozos de los nombres, de los apellidos, etc., intentando que todos los miembros tengan las iniciales o algo dentro de la frase. También se intentan buscar frases relacionadas con el trabajo que realizamos: paquete, Courier, nacional, etc., Al final, nos damos cuenta que no somos muy originales.

En el Registro Central hay que presentar la solicitud de la denominación de la empresa, pero para esto hay que pensar en 5 nombres diferentes. Por lo tanto, hay que darle a la cabeza para ver lo que durante años será tú identificación.

Después de pensar y pensar, añadimos la calle donde vivíamos en esos momentos y actualmente es donde yo sigo viviendo. ¿Y cómo se llama la calle? Pues Liberación. Así de sencillo.

El 2000 está claro porque se añadió. Quedaban unos años para llegar a esa mágica fecha y estábamos sufriendo el “efecto 2000” con la informática. Todos como histéricos cambiando de programas. Nosotros pasamos del Gesagen al Gesnac. Todos los días, oíamos que el 31-12-1999 con las últimas campanadas de la Nochevieja, el mundo se iba a parar, no tendríamos ordenadores, los aviones no tendrían aparatos de navegación y caerían, las tarjetas de crédito no funcionarían, etc., etc. Total, que el mundo iba a dejar de girar alrededor del sol porque a los informáticos se les olvidó tener en cuenta el cambio de centuria.

Pues nosotros, ni calvos ni perezosos, siempre con el ánimo de “al mal tiempo buena cara”, dijimos: si en el año 2000 todo se iba a estropear, lo ponemos en el nombre, seguro que nadie lo ha hecho.

Efectivamente, así fue, el resto de los nombres fueron rechazados y se admitió el de Liberación 2000, S.L. Tengo que añadir que, posteriormente, más sociedades pusieron el 2000 en su nombre. Incluso tengo a una empresa que recibo un montón de cartas suyas, que casualmente también tiene la razón social en San Sebastián de los Reyes, que es el mismo nombre y sólo cambia una sola letra. El problema es que, la otra sociedad tiene problemas económicos y me molestan un poco que nos confundan.

Cuando pasado algunos años, tuvimos que pensar en otro nombre de sociedad ya teníamos práctica y mi socio (que era el gracioso del grupo) juntó dos canciones “graciosillas” y creo la razón social, las canciones fueron “Asereje” y “Toma, que toma, que toma”, y le puso de coletilla el 3000 porque así era más que el 2000. Cosas que tenía el gracioso.

Cuando separamos las sociedades, hubo que separar también los nombres, yo me quedé con Liberación 2000 y mi ex con él de las canciones.

Las personas que no sabían de cómo se había creado el nombre, empezaron a pensar que lo había elegido por los siguientes motivos:

  • Me había divorciado y me había liberado.
  • Se habían separado las sociedades y me había liberado.
  • Que se había producido un cambio en mí y era mi liberación.

La verdad es que todos los puntos eran y son correctos, pero no era tan “mala” como para describirlo tan claramente, aunque hay que tener en cuenta que, la cara es el reflejo del alma y, sin querer, se notaba que la libertad había llegado en mi vida.

Pero la realidad supera a la ficción. Vivo en esa calle y el 2000 era para quitar miedo a las terribles cosas que nos iban a pasar. Pero tengo que decir que, cada día que pasa, me siento más identificada con el nombre.

Aunque algunas veces parezca que estoy loca y me recuerdo a una famosilla de la tele que habla en tercera persona de sí misma (a mí me pasa lo mismo), hablo de Liberación 2000 como si fuera una persona que no soy yo. Pero esto es una locura pasajera -que quede claro-.

Sin lugar a dudas, Liberación 2000 representa todo lo que su momento pude imaginar de lo que quería para mi empresa y creo que es un claro reflejo de mi personalidad y ahora también el de Laura.

Y esta es la historia del nombre de la empresa. Es sencilla, pero dentro de la sencillez, sin quererlo, ha marcado la historia de mis delegaciones y la mía propia. Creo que nunca ningún nombre ha sido tan querido por nadie como yo estoy de la razón social elegida para mi empresa.

Carmen Ruiz Atienza

No te imaginas lo que duele un error

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Envíos Nacex

En otras entradas del blog, he hecho algunas referencias de los posibles errores que se puede tener al mandar un envío. En esta voy a intentar profundizar un poco.

Como ya he dicho en otras ocasiones, los documentos y/o paquetes no se teletransportan como en las sagas de películas de Star Trek. Pasan por muchos procesos antes de la llegada a su destino y en todos los procesos hay personas. Lógicamente, las máquinas no sólo han sustituido a personal humano sino también han permitido que los errores sean los mínimos.

Uno de los adelantos que tenemos es la clasificación automática de los paquetes. Aquí, la mano humana sólo se encuentra en la fase de colocar el paquete en la cinta dónde se pesa, se mide y los manda a la rampa dónde corresponde a una ciudad. Cuando la máquina hace sonar la sirena porque ha encontrado algún error, vuelve aparecer la persona para su comprobación y arreglarlo. Antes, todo este proceso se hacía manualmente, en las delegaciones se metían los paquetes en sacas con una brida por delegación de destino manualmente. Me acuerdo del dolor de riñones de estar cogiendo paquetes y sobres e ir metiendo en las sacas, que te hacía polvo las manos. Eso sí, ahora tengo que pagar un gimnasio para hacer el mismo ejercicio que antes era gratis. En este proceso donde las plataformas hacen la clasificación automática, se han evitado cantidad de errores.

Hoy por hoy, podemos estar orgullosos de ser la empresa de transporte que menos errores tiene junto con las escasas roturas. No hay que olvidar que, la inversión es muy importante, y algunas otras empresas de transporte no hacen esta inversión en las plataformas y/o delegaciones, por lo tanto, a lo mejor, es el motivo de ofrecer los precios más baratos, pero nosotros siempre luchamos por la calidad y esto significa inversión, y esto a su vez es dinero para el negocio. Todas nuestras plataformas están mecanizadas, y además, hay cámaras de seguridad que miran directamente a los paquetes, por lo tanto, podemos comprobar perfectamente el recorrido desde la llegada a las plataformas hasta las salidas de todos  los paquetes y podemos saber dónde se encuentra en todo momento, y además, lo ponemos online, así, los clientes pueden comprobar a cualquier hora por donde se encuentra su envío.

No hay que olvidarnos que hay personas también: el mensajero que recoge, llega a la oficina, se revisa, se teclea, se clasifica, se mete en la ruta para bajarlo en la plataforma, pasa por las cintas, caen en las rutas correspondientes, se carga en los furgones de las rutas nocturnas, viajan toda la noche, llega a otra plataforma, llegan los mensajeros de las delegaciones, se los llevan otra vez a la oficina de destino, se pistolean de nuevo, se reparte entre los conductores y llega al destinatario. Tengo que hacer hincapié que, cuando salen de la delegación de origen se pistolean todos los envíos para cuadrar que todo lo que se ha pedido hacer está correcto y se vuelve a pistolear en las oficinas de destino para comprobar que todo ha llegado correctamente. Es en este momento cuando si nos dice el sistema que algún envío falta suenan todas las alarmas para averiguar o arreglar el problema. Esto se suele producir aproximadamente antes de las 8h de la mañana, dependiendo de las zonas del país.

Rápidamente, todo el personal de las oficinas junto con las plataformas empiezan la búsqueda y solución del problema que se acaba de detectar. Se hace todo lo posible para que esté solucionado sin que el cliente sufra ningún disgusto o perjuicio en su envío. Muchas veces, el cliente no sabe lo que está ocurriendo y además es lógico. Pero esos momentos, horas, minutos y segundos, tengo que decir que nosotros tenemos un pinzamiento en el estómago y la yugular empieza a crecer y ensancharse.

Pocas veces no solucionamos el problema sin ningún perjuicio, tengo que ser sincera y hay veces que la impotencia te hace desesperar, pero existe. Voy a describir dos casos que me costará quitármelos de la memoria, aunque hayan pasado muchos años.

  • Un jueves, un cliente muy importante del principio de nuestra andadura en este negocio nos dio una documentación para Valencia, tenía que entregarse el viernes sin falta. Hubo un accidente de circulación y el envío no llegó a su destino a tiempo. La documentación eran papeles para dar salida a un barco super grande lleno de electrodomésticos de mi cliente, todo suyos, en el puerto de Valencia. Al no llegar la documentación en tiempo al puerto, el barco no pudo descargar, y todos los electrodomésticos junto con el barco de carga tuvieron que pasar el fin de semana en el puerto. ¿Alguien sabe lo que cuesta en dinero este tema?. El sufrimiento y la impotencia de no poder solucionar el problema hizo que todos nos pusiéramos malos. Hacía poco que Nacex había empezado, el cliente era muy buen cliente, y se podía perder por esto. Mi socio de entonces el lunes fue llamado por el cliente a una reunión urgente. Como era una empresa coreana, se pasó toda la reunión haciendo reverencias como los japoneses. Venía con dolor de espalda. Pero al final, entendieron lo que había pasado y siguieron siendo clientes. Pero, nadie se puede imaginar el fin de semana que pasamos sufriendo más que el propio cliente, si se puede permitir. Aquí, quisiera hacer referencia a la manía que se tiene muchas veces de mandar los envíos con el tiempo justo sin tener en cuenta que puede caer hasta un rayo, pero en fin, es así la vida.
  • Otro caso fue un Internacional. Teníamos diferencia horaria, mientras que en el otro sitio era de día yo estaba de noche y de madrugada. La aduana del destinatario, por el motivo que fuera, paró el envío y dijo que no salía adelante. No había manera de arreglar el problema. Hay que tener en cuenta que hay países y aduanas muy problemáticas.  Pues el destinatario decidió que yo no iba a dormir hasta que él tuviera su paquete. Cada hora más o menos recibía una llamada de la persona, le decía que no sabía nada más de lo que ya le había informado y colgábamos. Así estuvo hasta el día siguiente, que lógicamente yo estaba despierta pero supongo que él se iría a dormir. Al final se arregló y los dos pudimos dormir tan a gusto.

Podría añadir más temas como estos, pero tengo que decir que diariamente tenemos que ir solucionando problemas, que algunos tienen mala solución, pero que son los mínimos.

Que todos hacemos nuestro trabajo a la perfección. Hay destinatarios que cuando llega el conductor y toca a su portal y no está, nos llaman y nos dicen que es imposible, que estaba esperando, y no se dan cuenta que podían estar en el baño o que habían salido un momento para comprar el pan, o lo que sea. Pero prefieren decir que no hemos ido, ¿alguien piensa que yo voy a pagar a los conductores sin tener constancia de que han hecho su trabajo correctamente?, pues que se tenga la seguridad que no. Los conductores tienen que ir muchas veces lejos, con lluvia, con nieve, con calor, con frío y hacen su trabajo, no lo dejan sin hacer.

Por lo tanto, nadie sabe lo que se sufre diariamente con este trabajo. Ningún día es igual a otro y siempre tenemos que tener rápida la mente para saber cómo actuar en cada momento. Y además, cuando alguien te está insultando por el retraso de su envío, tener la tranquilidad de no ponerse al mismo nivel, y eso claramente, produce estrés.

Pero también digo que, la alegría que se produce cuando todo está bien, no tiene precio, y nos vamos todos los días con la cabeza y el orgullo muy elevado porque hemos HECHO NUESTRO TRABAJO CON CALIDAD Y PRECISIÓN.

Carmen Ruiz Atienza

Dejar pasar el último tren

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Tren de vapor

Muchas veces, he oído esta frase y otras tantas yo misma las he pronunciado dentro de distintos entornos de mi vida, pero ahora me refiero al aspecto empresarial solamente.

Estamos continuamente oyendo frases como:

  • Las crisis da lugar a cambios;
  • Las oportunidades no se pierden nunca, si tú no las aprovechas otros lo harán;
  • Las oportunidades tienen fecha de caducidad;
  •  Sal de tu zona confort.

Y otras muchas que animan a la creatividad, al cambio, a la renovación, etc.

Si cogiera estas pocas palabras que he indicado y les pusiera un orden sería el siguiente:

  1. Hay que querer cambiar. No podríamos seguir hablando si se piensa que la crisis pasará sin yo hacer nada, me va bien como estoy, gano menos pero ya vendrán tiempos mejores. Si este es nuestro pensamiento no se llegará a ningún puerto. Tampoco si el cambio se produce porque los demás te obligan o te lo dicen, porque entonces no podremos llegar al punto nº 2.
  2. La creatividad es el fin del cambio. Una vez que tenemos interiorizado que el cambio es bueno y necesario, empieza la fase de creatividad. Al principio cuesta, hay que pensar en positivo y algo que sea atrayente. Hay que empezar desde cero, darle la vuelta y cuestionarse todos los puntos de la empresa, empezando por uno mismo, ¿por qué no?: autocritica y critica del entorno. Potenciar lo positivo pero de otra manera. No todas las personas podemos ser creativos, pero escuchando opiniones e ideas (participación) claro que se pueden conseguir cosas. Y si no, pues habrá que pedir ayuda externa. Los precios han cambiado, la vida en estos 7 años también ha cambiado. Son muchos años de crisis y no nos podemos quedar en épocas que parecen tan lejanas que las incluirías en un libro de historia o de pre-historia si cabe. En este punto, me ha venido a la cabeza una historia que me contaron en un curso de “inteligencia emocional”. Era la historia de una persona muy conocida de España que era contratado por muchas empresas para que arreglara la situación que tenía. Creo recordar que le reclamo una empresa del Japón porque tenía muchas bajas laborales entre sus operarios. Habían intentado todo lo posible, pero seguían perdiendo mucho dinero debido a dichas bajas. Él llegó a la empresa en cuestión y empezó a escuchar todo lo que le decían. Al final, bajó donde estaba la cadena de operarios y les hizo una pregunta: “¿Qué es lo que harían ustedes para mejorar sus condiciones de trabajo?”. Le respondieron: “Subir la altura de la cinta unos centímetros”. Algo fácil, barato y útil. Este era el motivo de las bajas: al tenerse que agachar para trabajar, sufrían dolores de espalda, piernas, brazos, etc., y eran las bajas. Con esto quiero decir que, escuchando sin egoísmo se puede ser creativo. Pero, ¿qué hacemos si en nuestro entorno no están dispuestos a contestar o no quieren salir de su zona de confort? Pues la obligación será de rodearte de personas que se muevan algo y abrir los pabellones auditivos y estar en alerta de palabras sueltas, caras, miradas y del entorno en general para coger la creatividad que se necesita para que se pueda pasar al punto nº 3.
  3. La Renovación. Es la fase más reconfortante. Una vez que te has decidido y que has trabajado las ideas, toca ponerlas en marcha. Es el parto del hij@ que llevas esperando desde hace meses y/o años y tienes que empezar a alimentar, educar, enseñar… todo. Te sientes orgullosa de la criatura, pero tienes que tener en cuenta una última cosa: tienes que estar abierta a críticas.  Puede pasar que en algo estés confundida. No pasa nada, es lógico, a lo mejor se te ha escapado algo. Acepta las críticas y conviértelas en cambios, en más oportunidades.

Como estamos en otoño, podemos hacer el símil con ello. Los árboles de hoja caduca empiezan a  cambiar sus hojas, se caen al suelo, el árbol coge fuerzas para que en primavera florezca con mayor esplendor. Es un ciclo repetitivo cada pocos meses. El árbol no espera años.

El problema viene cuando hay personas que se engañan o engañan a los demás, hablando de cambios y de renovaciones, pero ellos mismos no cambian. Para mí esto es penoso porque no sólo pierden la oportunidad sino que arrastran a un colectivo a sufrir lo mismo. Por desgracia, hay muchas personas de este estilo y no se puede hacer nada. Pero, tengo que decir a esas personas que a lo mejor son felices si consiguen renovar a los demás por obligación y no a sí mismos también, pero esta felicidad es pobre porque está basada en la impotencia de los otros y no en la creatividad y decisión de uno mismo. Sentirse orgulloso de ganar una batalla de esta manera hace que haya personas que pueden decir “He dejado pasar mi último tren”.

Yo no quiero ser de este tipo de personas y espero y deseo que cuando vaya cumpliendo más años no me llegue la tontería de creerme que tengo la razón por encima del mundo y que sea capaz de razonar lo suficiente para no perder la frescura que ciertos momentos nos repara y no oler a rancio.

Cojamos el tren, montemos en él, y como dice la frase de John F. Kennedy: El futuro no es un regalo, es una conquista”. 

Carmen Ruiz Atienza

Regalos para agradecer

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Regalos concurso

Con todo lo que llevo escrito en el blog durante todos estos meses, me he dado cuenta todo lo que he recibido de la gente que me ha rodeado y que me siguen rodeando. Muchas personas me conocen personalmente, otras ni siquiera físicamente, no saben si soy rubia, morena, alta o baja, si soy lista o tonta, pero todas, absolutamente todas me han dado momentos insuperables.

Emplead@s, clientes, proveedores, compañer@s, amig@s, etc., todos han hecho que durante todo este tiempo fuera creciendo en conocimientos, experiencias en definitiva como persona haciendo que mi metro y medio de estatura se convirtiera en casi 3 metros.

Es muy agradable tener la sensación de que he estado en un continuo aprendizaje aportado por las personas que han pasado por mi vida y mi trabajo, y he permitido dejar huella en mí.

También es verdad que he sido selectiva. En todos los círculos que componen mi personalidad he intentado rodearme de gente que me pueda aportar algo que yo no tengo y a aquellas personas que no me aportaban nada las he expulsado de mi entorno. Y además, según he ido cumpliendo años me he vuelto más irreverente, menos educada, más descarada… en definitiva, he disimulado menos, por lo tanto, he podido echar de mi entorno todo aquello que no me hacían crecer o que me ponían demasiadas zancadillas.

Por todo ello, ahora he pensado, ¿cómo puedo devolver un poquito todo lo que a mí me han dado? Teniendo en cuenta  estos momentos complicados donde nos encontramos y  donde hacemos esfuerzos cada minuto para ver todo lo positivo que tenemos, que es mucho y está cerca.

Pues nada mejor que el concurso que estamos promoviendo en Facebook. Puede participar todo el mundo, empleados, ex-empleados, amigos, examigos, novios, exnovios, clientes, exclientes, clientes futuros… Todos los que quieran pueden participar. En el fondo, da un poco de miedo. Más gente desconocida o conocida entrando en un concurso donde yo he comprado el regalo.

Un regalo que hay que pensar que está hecho con mucho cariño y que sobre todo es para agradecer todo aquello recibido en tantos años y en tantas vivencias.

Sólo me queda decir: Gracias, muchas gracias a todos y a concursar, y el que gane que disfrute del regalo y se acuerde de que detrás del regalo hay muchas personas que tienen una gran sonrisa.

Por cierto, es el primer concurso, pero no va a ser el último, por lo tanto, al que no le toque, que espere a los siguientes.

Carmen Ruiz Atienza

En recuerdo a mis clientes pasados, presentes y futuros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Clientes Liberación 2000

Una cosa que ha traído la crisis, entre otras muchas, son los cambios producidos en la relación cliente-proveedor. Ha existido una guerra de precios entre empresas del mismo sector que ha hecho que el cliente utilice esa arma para seguir arrancando algunos centimillos. Y las empresas han decidido cambiar calidad por precio. Como dicen mis comerciales: “no todo lo barato vale”. El problema es que sin la ética no vamos a poder poner freno a las exigencias.

Y el caso es que, yo mismamente, me llego a enfadar con mis grandes proveedores, puesto que no me dan el trato que yo doy a mis clientes.

Lo comparo con mi generación, que parecemos el eslabón perdido de la obediencia. Me explico. Mi generación era de sumo respeto a los padres y hacíamos lo que se nos ordenaba que se hiciera con unos pequeños momentos de rebeldía. Cuando fuimos padres, por no repetir las enseñanzas de los nuestros, educamos de diferente manera: más social y democrática. Al final, hemos pasado de obedecer a los padres a mandar poco o nada a los hijos. Soy la generación de los palos, estoy en el medio. También tengo que decir que, la siguiente a la mía es peor, es la de la permisibilidad total, y aquí, ya se produce la frase de “ancha es Castilla”. Lo peor de todo es que yo también la sufro. ¿Veis como pertenezco a la generación del eslabón perdido de la obediencia? Cualquiera otra generación, por delante o por detrás, está por encima.

Pues en el trabajo pasa lo mismo, mis proveedores son los grandes, luz, teléfono, etc., y ellos van a lo suyo arrasando. Sólo te hacen caso si dices que te vas o que cambias, porque como también están dentro del juego de la competencia feroz y atacan los precios, pues estamos todo el tiempo jugando a “yo más”.

Pero, ¿dónde dejamos la calidad? Han reducido el número de personal para ajustar los costes y eso repercute en la atención que hacen al cliente.

Además, existe la frase de “política de empresa”. Es una frase genial, perfecta, ideal, pero, ¿qué hay detrás de la frase? Pues normalmente es una subida de importes o te lo dicen para no contestarte nada de nada. Voy a poner un ejemplo de un proveedor. Ha habido 3 años que el proveedor decidió congelar los precios debido a la crisis. Tengo que decir que los primeros años de crisis, él subía perfectamente los precios, pero un año decidió congelar y así 2 años más, pero cuando llegó el tercer año hizo una subida del 25%. Al preguntar por dicha barbaridad, me contestaron “por política de empresa”. “¿Qué política?” – respondí yo. “¿Queréis subir en un año lo que no se había subido en los 3 años anteriores que se había congelado los precios?” Pues sí, va a ser que sí.

Nosotros hemos congelado durante varios años los precios y cuando volvamos a subir, estará basado en la base que tenemos, no le aplicaremos el % por ciento elevado con la suma de lo que se hubiera subido en los años anteriores, que además, tampoco es así puesto que en tres años era imposible que se subiera una media de 8.30% por año con la que está cayendo.

Otras veces, y para mentirte más elegantemente, te contestan: “por política de empresa”. Con lo cual, me encuentro que mis proveedores no me tratan como deberían y, al mismo tiempo, mis clientes quieren que la calidad sea la misma o más, pero el precio vaya bajando cada vez más y más, y parezcamos como la canción “algo chiquitito, algo pequeñito…”.

Ha habido momentos que me ha recordado a un gran bazar islámico. La primera vez que estuve en una Medina fue en Túnez y me reía mucho cuando me tiraban de la mano para meterme dentro de la tienda y me decían “barato, muy barato, más barato que en Carrefour” o “hola, hola, pepsicola”. ¡Qué gracia!, esto lo decía de pequeñita. Pero la realidad es que tenías que regatear si querías comprar algo. Y cuando te llevabas un adorno a más de la mitad de precio, te quedabas con la sensación de que, de todas las maneras, te habían timado.

En Egipto, nos vendían unos collares con los pendientes y pulseras cada vez más baratos, mientras fumabas en pipa y no te dejaban ni respirar y te agobiaban. Al final, alguien compró, se me acercó el vendedor y me dijo: “te lo dejo a mitad de precio que a la otra persona”. Le había timado.

Pues así pasa casi ahora. Tienes un precio con el cliente, viene la competencia, te llama, le ajustas el precio si puedes, no has terminado de firmar y te vuelve a llamar.

Los clientes te comentan: “es que yo quiero trabajar con vosotros, pero os vais de precio, pero quiero porque lo hacéis muy bien”. Claro, eso lo sé yo, pero si queremos pagar todos los impuestos, todos los salarios, todas las obligaciones, y todo el mundo tener su negocio, eso tiene un precio, que la crisis ya ha hecho bajarnos los humos, pero tiene un precio y no se puede estar enseñando el caramelo todo el rato a condición de un euro pero exigiendo la calidad de Armani.

Añoro a esos clientes, ya me van quedando menos, se me están marchando como las hojas de los árboles se van perdiendo con el otoño. Las hojas que se han ido ya no vuelven, vienen otras pero no son las anteriores.

El cliente de calidad está contento, no da problemas, es comprensivo, quizás porque ha utilizado a los otros y ha preferido que seamos nosotros los que estemos preocupados por sus envíos y él esté tranquilo, porque lleva años sin tener el más mínimo problema, eso es cosa nuestra. Por desgracia, cada día me quedan menos de este tipo de clientes, la mayoría son los de bajar céntimo a céntimo, euro a euro. Pero, digo yo, ¿no se es capaz de pensar que se pone una empresa como negocio? Digamos que adaptados a los nuevos tiempos, pero al fin y al cabo negocio o ¿alguien invierte su dinero, tiempo y vida en algo que no da beneficios?

Lógicamente, los clientes que aprecian la calidad son conscientes del esfuerzo realizado, de que es bueno para él y sus clientes y lógicamente para el resto de los humanos.

¿Cuánto cuesta tu tiempo? ¿Cuánto cuesta la atención continua de comerciales y administrativos? ¿Cómo puedo yo valorarlo? Porque a lo mejor puedo bajar los precios del servicio, pero dando peor atención telefónica, sin gastos de uniformidad, sin gastos de personal administrativo, sin comerciales, etc. ¿Así avanzamos en España?

¿Estamos en los Zocos o estamos en Europa?

Europa, vocablo que ahora se utiliza una y otra vez para identificarse como que no perteneces a un país despectivamente. Pero en realidad, ¿dónde estamos?. En uno de mis viajes a Suiza, país que parece que no tiene crisis porque tiene el dinero de los que provocan dichas crisis (presuntamente), son tan legales que, -nos contó la guía que en todos los pequeños pueblos-, aparte de estar todos con sus banderitas de su país en los balcones, la última o la primera casa del pueblo plantaba en un pequeño terreno flores, y como ellos tienen costumbre de ir los fines de semana a comer con amigos y familiares y llevar flores, cogían las flores de estos vecinos y dejaban el dinero que en cada tiesto ponía. ¡Y no había nadie que cobrara ni vigilara! ¿Os lo podéis creer? Y nunca faltaba dinero. Sabían lo que tenían que hacer y lo hacían, sin necesidad de estar una persona regateando ni con la vara en la mano para que pague lo que es justo. Porque en realidad, todo gira en eso, se paga lo justo o lo que uno piensa que es lo justo. ¿Quién puede decidir si mi trabajo es caro o es barato? ¿La competencia? Esta competencia ¿hace el mismo trabajo y con la misma rapidez que yo? Algunas veces lo dudo, pero para conseguir mejor precio mis clientes dicen que sí, que hacen lo mismo o más. Entonces, ¿por qué quieres volver a trabajar con Nacex o quieres que te hagamos mejor precio para no irte? Algo no cuadra, pero me tengo que aguantar, porque al final, la gente prefiere trabajar más barato y con peor calidad.

Tengo que decir que me he encontrado con clientes que para bajar sus costes (no es que los quieran repercutir en el precio del servicio de transporte, que hasta cierto punto es lo lógico) también quieren que hagamos de contables, de botones, de recepcionistas, etc., administrativos en general, eso sí, no con el mismo precio, no, hay que bajarlo más todavía.

¿Y qué me contáis de esos clientes que eran buenos pagadores? Sería capaz de enrollarme en una alfombra como Cleopatra y dar sorpresas continuas a esos clientes, son Dioses, o Cesares o Marcos Antonios. Ídolos de otros tiempos.

También quiero hablar de un tipo de clientes que han nacido con la crisis y el regateo. Es un cliente que piensa que está por encima del bien y del mal, que tiene grandes conocimientos del transporte (y con seguridad será verdad todo), pero que además esto del regateo le parece que es un gran invento y entra en el juego. El primero que llega le ofrece el precio más barato, pero no se da cuenta de dos cosas:

  • Casi seguro que en alguna parte de la factura tiene otros costes;
  • No ofrece el ok de entrega igual que nosotros o la incidencia, etc.

Sólo se fija en el precio unitario. Y, ¿qué nos encontramos al final? Que no es correcto lo que le dicen y además pueden aumentar pesos o medidas, etc. Por lo tanto, cuando conseguimos ver la factura y vemos dónde se producen los cambios, hay algunos clientes que vuelven a la tranquilidad que damos, aunque otros siguen entrando en el juego, y una vez, que han conseguido la información, vuelven al otro proveedor para seguir negociando. Y así, una y otra vez. Porque el cliente no es fiel, aunque hay algunos que lo son siempre.

Yo por ejemplo soy diferente, considero que es el proveedor el que tiene que tener cuidado con el cliente y si pone un precio yo no suelo regatear, lo pago, eso sí, me tiene que demostrar que su trabajo es directamente proporcional a su precio, si no es así, a lo mejor ya con el tiempo les dejo, pero sin discutir, sin decir nada más.

En fin, adoro aquellos recuerdos de clientes donde el precio era importante pero la calidad era el día a día nuestro, donde se producía nuestro crecimiento como empresa y como persona. Porque al esforzarme en conseguir la calidad, se estaba continuamente creciendo. Sin esfuerzo no hay crecimiento.

Carmen Ruiz Atienza

Bailando con lobos

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Día Internacional Democracia

El 15 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Democracia. Al ver ésta anotación, me ha venido a la cabeza lo duro que fue crear la democracia que hoy tenemos pero que no llegamos a disfrutar plenamente. Siempre estamos con quejas, con exigencias, con envidias, y no llegamos a ningún puerto porque falta lo más importante que debería de tener un pueblo: respeto. Es mi opinión. Si llegamos a hacer una reflexión del porqué de las guerras, de las luchas entre naciones, de la supremacía de las soberanías, etc.; si profundizamos en todo esto, nos damos cuenta que es por falta de respeto hacia los demás. El yo individualizado sobre el nosotros colectivo. Quizás somos nosotros nuestros propios enemigos, por eso bailamos entre lobos aunque algunos bajo una piel de cordero, cuya tolerancia puede ser hasta complicada y sucia, una vez que se araña la superficie.

Pero en honor al Día Internacional de la Democracia y sabiendo que hoy en día hay muchos países que no saben ni siquiera lo que significa esta palabra y los pueblos siguen subyugados a la incultura para dominar a la persona, quiero recordar mis vivencias con una dictadura y la explosión de la democracia.

Yo solamente viví 13 años en la dictadura, y teniendo en cuenta la inocencia de los primeros años, tengo pocos recuerdos desagradables de esa época. En mi casa no se hablaba de política, pero ni una sola palabra. Cuando salía el dictador en pantalla no se hacía ni el más mínimo comentario, podría haber micrófonos en las paredes de casa o los vecinos estar escuchando, por lo tanto, de mis padres no salía ni un murmullo. Para mí, Franco era ese señor mayor a quien le temblaban las manos y la voz, que pegaba unas charlas larguísimas en Navidad pero como no había otra cosa, se veía aunque no se entendiera. Era una época donde todo era recogimiento, en Navidad se salía a la misa de gallo, en Semana Santa se cerraban todos los bares, cines, etc., se tomaba potaje, etc. Este señor entraba a las iglesias bajo palio.

Total que, un jueves aparece un señor en televisión llorando y diciendo que “Franco ha muerto”, a mí me dan días de vacaciones en el colegio y me da pena. Compro en el quiosco un libro que sale gris sobre su vida con un vinilo con sus discursos. Presiento que es algo histórico y lo quiero tener guardado para el conocimiento de mis futuros hijos. Hoy en día no lo tengo. Cuando mi familia se atrevió a contarme las historias que se habían vivido, pensé que mejor era que nadie viera aquello y mucho menos que se recordara. Pero en aquellos días, yo no me daba cuenta ni sabía porque no me lo contaban. Tengo que decir que mi época es diferente a las generaciones anteriores, a mí en el colegio no me obligaban a cantar nada antes de empezar las clases, no me llevaban a ningún sitio para aprender a cocinar, gimnasia, ni “sección femenina” ni servicio social ni nada de nada que generaciones anteriores a mí tuvieron que vivir, era todo más light aunque ocurrían cosas horribles pero no se hablaba en la televisión de ello. En esos días, los únicos dos canales de televisión, de todas las radios, periódicos, etc., la noticia era su muerte. Ahora sé que mucha gente pensaban (no se atrevía en hacerlo en voz alta) si sólo era la muerte de una persona o era la muerte de una época. Muchos dejaron de respirar fuerte para no llamar la atención. Todo vino posteriormente muy deprisa, jura del rey, entierro, cortes, etc. No sé si pongo bien el orden, pero creo que ahora es poco importante porque no estoy haciendo un libro de historia sino recordando lo difícil que fue conseguir lo que ahora tenemos. El padre del Rey tuvo que abdicar en su hijo. ¿Alguien puede imaginar lo que este gesto pudo significar? Aunque no sea monárquica creo que las caras lo decían todo. Poco a poco voy conociendo las historias familiares y los pensamientos. Mi mente empieza a percibir la realidad, ¡jolines con el viejecito de los discursos! Ahora empiezo a entender porque mi abuela está como ausente muchas veces, recordaba cuando la detuvieron por ser hermana de alguien y lo que la electricidad puede hacer por los senos de una mujer. También entiendo porque no voy nunca a rezar a la tumba de mi abuelo, parece que tras el indulto firmado, el mismo que mi abuelo había ocultado cuando estaban los rojos en el pueblo hace que no se cumpla el indulto y que le  ejecuten en una cuneta perdida, el motivo fue que también había ocultado a un rojo cuando estaban los nacionales en el pueblo. También entiendo porque un tío mío que le había tocado en el bando nacional tosía tanto, porque había trabajado en la Cruz del Valle de los Caídos y tenía los pulmones contaminados, porque además a él le había tocado en un bando y a su hermano en el otro y no quería disparar. Fui descubriendo poco a poco la historia de mi familia y fue pasando el tiempo y me di cuenta del momento que se estaba viviendo, era importante pero luego me di cuenta de lo frágil que podía ser todavía. Poco a poco llegó al democracia, pero al principio era como el destape. Como se había estado tanto tiempo rezando y siendo todo tabú, llega la libertad y todo hace que salgan, como una botella de champagne, cantidad de burbujas que hacen que se te suba a la cabeza y seas feliz. Recuerdo una canción de la época: “Libertad, libertad sin ira, guárdate tú miedo y tu ira porque hay libertad”. Esta canción que al principio fue prohibida, al final se hizo famosa en 1976. Eran los comienzos de la democracia, no se sabía si los anteriores se iban a conformar, estas personas si que eran valientes. Se atrevieron a cantarla y a mí me despertaron mi lado más revolucionario. Gracias Jarcha.

Termine la EGB y me marché a otro colegio a hacer el BUP, en pleno Madrid, en la milla de oro como es conocida ahora esa zona. Serrano, Velázquez, Ayala, es un instituto femenino que me recomiendan para salir de la protección que había tenido en el colegio. Un barrio donde la derecha de la época anterior tenía su fortín, donde los loden, castellanos, brillantina, etc., era la indumentaria típica de una juventud típica de otros tiempos. En esos momentos practico las carreras que posteriormente serán mí día a día, puesto que me meto en todos los berenjenales que uno se pueda imaginar. Aquí me persiguen los que quieren que cante una canción de unos antes y que no me obligaron a aprenderme en mi colegio, por lo tanto, salvo las primeras palabras, no me la sabía, pues tocaba correr, la primera que llegaba avisaba al celador y cerraban las puertas en cuanto entraba la última.

Tuvimos constitución, todavía recuerdo la que se metía en los buzones. No puedo todavía votarla, no tengo la edad pero acompaño a mi familia ante ese momento histórico. Para la redacción de la constitución se reunieron unos ponentes de muy diferentes ideas políticas, religiosas, de todo tipo y aunque parezca hoy en día increíble LLEGARON A SACAR EL TEXTO CONSESUADO.

Y así fueron pasando los años y se fue construyendo la democracia. ¿Seguro? ¡Nooo!

Cuando más tranquilos parecía que estábamos, nos encontramos con que algunos no estaban de acuerdo y querían volver años atrás.  Y nos llega el 23 de febrero de 1981. Yo ya tenía 19 años recién cumplidos, tuve que dejar de estudiar para ponerme a trabajar e iba contenta a mi trabajo leyendo un libro que ponía “prohibido por la dictadura”, trabajaba cerca de donde había estudiado pero ya nadie me perseguía ni siquiera fantasmas y debía de ser la inocencia de la juventud. Poníamos la radio, teníamos que escuchar lo que pasaba en el congreso. Suarez había dimitido (¿?) y Calvo Sotelo tenía que ser envestido como nuevo presidente de Gobierno. Estábamos expectantes pero sin miedo, era nuevo para la democracia pero ya parecía todo más relajado, se había legalizado hasta el partido comunista, ¿Qué podía pasar si hasta esto se había conseguido? Pues claro que podían pasar cosas, de repente se oyeron disparos, “todos al suelo”, el comentarista empezó a bajar la voz y comentó lo que estaba viendo. Mi jefa se puso a gritar: “¡Quema éste libro! ¿Quieres que nos vayamos todos a la cárcel?”. Nos asomamos a la terraza porque oímos gritos, en todas las ventanas habían sacado las banderas anteriores y estaban cantando. ¡Qué pesaditos con la dichosa canción! Menos mal que ahora nos ponemos protección 50 para ponernos mirando al sol. No hay móviles, el teléfono comunica, consigo hablar con mis padres. “No te muevas hija, te vamos a buscar en el coche”. Mi jefa “quema el libro nos vas a buscar la ruina”. Mi padre ya había llegado, me esperaba abajo, yo estaba en la última planta. Mi jefa me tiró el libro a la cara, lo metí en el bolso y para abajo saludando a los vecinos que me encontraba. Me metí en el coche, íbamos rápido al barrio, aquí es difícil caminar, quería protegerme en mi casa con mi gente. Las piernas temblaban las de una marioneta pero que nadie sujetaba los hilos. Ya había llegado a mi barrio, la gente estaba haciendo hogueras para quemar papeles. El papel que se había conseguido reunir en estos pocos años. Vigilia, nadie se va a la cama, salió el Rey y dijo que todo estaba tranquilo y controlado. Empezaron a salir los militares. Se cantaba, se leían manifiestos, las lágrimas por la cara de todo el mundo pero el orgullo reforzado, nadie nos iba quitar lo que teníamos. Aute saca la canción “al alba”, su amante la libertad. Éramos conscientes de lo que podíamos perder y me salió la Agustina de Aragón que he visto tantas veces en las películas que nos ponían una y otra vez, pero que me hacía entender lo difícil que era dar de comer a la libertad.

Por eso, cuando hoy en día veo y oigo con una ligereza pasmosa cómo se quiere engañar, mentir, cambiar, ocultar, robar, etc., y no hay respeto por todo aquello que muchas personas han llegado a dar su vida por una ideología, me entra una gran tristeza.

  • Mejorar, siempre.
  • Cambiar para bien, yo la primera.
  • Crecer en libertad, para mi generación y futuras.
  • Respetar, hasta el infinito. Pero cuidado, tu libertad termina cuando empieza mi libertad.
  • Mi mayor libertad son mis pensamientos. No hay que intentar cambiarlos a la fuerza.
  • No quiero que me obliguen algo que no quiero escuchar, tengo que tener libre elección.
  • Como dijo Machado, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, pero hay que añadir que hay que buscar la senda que haga que tú puedas vivir tu libertad sin terminar con la de los otros.

 Celebremos entre todos que tenemos democracia, siempre mejorable, pero no la tiremos al fango, que parece que nos gusta echar por tierra lo que tanto trabajo ha costado, no echemos a perder lo que tenemos que ya bastante complicada es la vida para que la hagamos más difícil.

Aunque si bailamos entre lobos, ¿no será que es por envidia?

Feliz Día de la Democracia

Carmen Ruiz Atienza

¿Dejas asignaturas pendientes para Septiembre?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Tengo que decir que yo sí. Voy dejando cosas pendientes para el mes de Septiembre que para mí es el mes de los cambios y es cuando doy forma a las ideas que los meses anteriores he ido maquinando. En realidad empieza el año en este mes.

Aunque ya lo he comentado en otras entradas, tengo que insistir que este trabajo es el único que he tenido. Las neuronas las tengo continuamente en funcionamiento y están expectantes ante los cambios que les voy a producir. Yo me las imagino como “Erase una vez el cuerpo humano”, con las piernas con tembleque y pensando “qué se le va a ocurrir a esta loca ahora”. Las neuronas son las únicas células humanas que no se regeneran, por lo tanto, las que se pierden se van para siempre. Algunas veces me gustaría estar en la cabeza de estas personas que no quieren cambios pero que incluso tampoco los admiten e incluso los boicotea. ¿Estarán obesas sus neuronas? Esta reflexión me recuerda a una persona en un viaje a Egipto que se acercó a mí a la hora del desayuno en el barco para viajar por el Nilo y me dijo “soy delgado porque pienso mucho” y me dejó con la palabra en la boca. Era un chico joven, que se acercaba de vez en cuando a las personas del viaje, decía una frase y sin esperar contestación ni opinión, te dejaba con tus pensamientos, porque a él no le importaba nada.

Hombre, yo no estoy delgada pero pienso mucho, con lo cual, voy a cambiar la frase por la que he puesto antes “las neuronas están obesas en aquellas personas que su mayor logro es ver pasar la vida”.

Pero seas como seas, si dejas que los demás te solucionen la vida o eres de esos que creen que todo lo que les pasa es por culpa de otros y nunca por su propia culpa, o seas de los otros tipos de persona que ante los problemas plantea las soluciones aunque sean equivocadas y la autocrítica es el motor de tu forma de vivir, hay que reconocer que todos llevamos un cartel que pone “hazme importante”.

Supongo que en vuestro entorno más cercano, del tipo que sea, os habéis dado cuenta que hay personas que necesitan que se les alabe su propio ego, dándoles ánimos, palmaditas en las espalda y además no admiten criticas ni obligaciones y mucho menos que se les saque de su zona confort, porque sólo se sienten seguros con lo que conocen y además piensan que lo dominan. Supongo que, a su manera además, son mucho más felices que las que estamos en continuo movimiento y cambios. ¿Pero cómo es posible que viendo que su entorno cambia, que ya no da resultado nada de lo que hacen o dicen, no haya una neurona que de una patada al resto para que se produzca el cambio necesario que el entorno te está exigiendo?

Dicen que está pasando la crisis, yo creo que hace ya tiempo que la gente quiere que esto ocurra pero las malas noticias han acobardado a las personas, como ya he comentado en otras ocasiones. ¿De qué van a vivir muchos cuando no haya crisis?, pero la realidad es que los ciudadanos estamos cansados de vivir con esta crisis que además no la hemos creado nosotros pero sí la estamos padeciendo. Porque es estupendo hacer caer grandes empresas, meter a un país en una grave crisis e irse de rositas a vivir de sus rentas y nosotros, que ni hemos entrado ni hemos salido, ni nos hemos llevado dinero, sólo hemos trabajado y trabajado y trabajado, pues aquí estamos esperando que se pongan de acuerdo en soluciones y no en peleas. Nos deberíamos de levantar de la silla y decir Basta ya.

Pero como no puedo hacer nada y como dice la frase que tanto me gustó en un curso que dice: piensa globalmente pero actúa localmente, y como no puedo solucionar el mundo, tendré que dedicarme a mi pequeño entorno. Creo firmemente que si todos poquito a poquito pusiéramos nuestro grano de arena, daríamos una lección a aquellos que se creen que están por encima del bien y del mal y que además nos quieren insultar llamándonos tontos como si no tuviéramos memoria ni supiéramos pensar: Otra frase muy buena es: Cuando te fijas, los “para qué” son muchos más útiles que los “por qué”. Volvemos a lo mismo, las personas que no quieren moverse dicen ¿y para qué? Y critican los aciertos y errores de los que han decidido que su motor es los para qué:

  • Para avanzar en mi vida familiar
  • Para crecer en mi vida social
  • Para superar en mi vida laboral
  • Para disfrutar con todas las vivencias que me produce la satisfacción de aportar algo, ya sea bien o mal.

Por tanto, claro que me dejo asignaturas pendientes para después del descanso estival ya que me ha servido para reflexionar, hacer estadísticas, analizar la situación ¿del país? No, de mi entorno cercano. He decidido no ver más televisión hasta que no desaparezcan aquellos pájaros de mal agüero (buitres noticieros) que sólo quieren dar malas noticias para que estemos “temblando y quietos”, que así es más fácil llevarnos al redil.

Pues debido a que soy rebelde por naturaleza y ya me persiguieron en su momento los grises, los marrones, los azules, los verdes, los de un partido político y los del otro y ya corrí bastante en esos días, no voy a consentir que ahora que vivimos mucho mejor, se nos quiera asustar con tonterías y sobre todo con mentiras.

Pongamos todos nuestros granitos de arena y hagamos que se entiendan que el pueblo es la fuerza de la política y del bienestar de todos.

Salgamos de nuestra zona confort que ya verás el susto que pegamos a los prepotentes.

Septiembre mes de cambios, comienza el nuevo año, y así pienso y así actúo.

Imagen extraída de El Economista

Carmen Ruiz Atienza